Monthly Archives: marzo 2021

Love Parade, el amor a la electrónica que duró veinte años.

Love Parade, la celebración entre la electrónica y el amor.

La celebración del amor fue el único objetivo en mente para la conformación de una cultura musical y de expresión en el Love Parade, que utilizó a la música electrónica como el vehículo con el mejor motor para hacer llegar su mensaje a las masas.

Esta idea concebida en la zona occidental de Berlín en 1989, previo a la caída del muro, como una manera de protesta pacífica, misma que fue creciendo y evolucionando cada verano, hasta convertirse en el referente de las fiestas masivas de música electrónica en Europa.

El Love Parade estuvo envuelto en una atmósfera de libertad en donde cada asistente podía disfrutar a su manera, en un desfile masivo de larga duración, con camiones cargando los equipos de luz y sonido que avanzaban por las calles de la ciudad, congregando a las multitudes a su alrededor.

Además de su relevancia como evento social y de promoción de una cultura por la inclusión, la libertad y la equidad, en el terreno musical el Love Parade fue el escaparate más visto para las tendencias de la electrónica que marcaban las pistas de baile durante esas dos décadas, ya que fue la pasarela de estilos de todo tipo, abarcando desde el techno más ortodoxo hasta las tendencias que iban surgiendo, como el trance, el high tech, house, electro, y un sinfín de propuestas, desde los actos de los dj’s más reconocidos hasta el descubrimiento de nuevos exponentes.

Un legado de dos décadas que será eterno.

Con su internacionalización, el festival alcanzó la cúspide arrancando el nuevo milenio, cuando ya desde 1997 se había celebrado la edición de Sidney, en 1999 la primera incursión en América Latina, específicamente en Buenos Aires, llegando incluso al entonces México DF en 2002 bajo el lema “Un espacio para el amor”.

Hacia 2005 se realizó en Santiago de Chile bajo el lema “Sal a la calle y baila”, congregando a un cuarto de millón de asistentes en las inmediaciones del Parque Forestal, e incluso en el mismo año con la edición simultánea tanto en Acapulco como en San Francisco, confirmando el poderío festivo del evento de alcances mundiales.

Sin embargo, fue en julio de 2010 cuando llegó el fin del festival. Fue en Duisburgo, ciudad alemana que albergó al festival luego de varios intentos fallidos de la organización en encontrar una sede adecuada para los más de 1.4 millones de asistentes que se esperaban.

Fue la primera ocasión en que el festival tuvo que realizarse en un espacio confinado, escena en la cual una estampida humana saturó uno de los túneles de acceso al festival, resultando al menos 21 personas muertas que quedaron atrapadas entre la multitud, así como más de 600 heridos.

Así, la memoria de esa tragedia quedó como un eco lejano de lo que fue un festival cimentado en la paz y cargado de amor puro en sus orígenes, orillando a sus organizadores a tomar la decisión de cancelarlo de manera definitiva.

De lo que estamos seguros es que la espectacularidad de los grandes festivales de música electrónica que han aparecido en la última década, como Tomorrowland o EDC, e incluso ediciones de festivales locales como Bahidorá o Miami Music Week, tienen una gran deuda con el legado que dejó el Love Parade, y eso debe reconocerse.

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El floripondio en el jardín, un camino alucinante hacia la muerte.

Cuando el jardín alucinógeno florece.

Desde tiempos prehispánicos el floripondio se ha conocido por su fácil disposición y sus efectos alucinógenos que, incluso, pueden conducir a una muerte por envenenamiento.

Brugmansia arborea es el nombre científico del floripondio, con un supuesto origen que lo ubica en Sudamérica, pero que debido a su facilidad para florecer comenzó a extenderse por todo el continente americano. 

Todas las especies del género brugmansia se han utilizado como alucinógenos desde tiempos precolombinos, principalmente en los Andes y la Amazonía, donde se emplearon con fines rituales y para el tratamiento de enfermedades, encontrando en comunidades mexicanas prehispánicas a sus principales consumidores, que aprendieron rápido la manera de lidiar con la potencia alucinatoria de sus componentes.

Paseando por cualquier jardín es probable que te encuentres con esta planta, que a primera vista podría parecernos un árbol, ya que puede alcanzar hasta unos 4 o 5 metros de altura, pero tiene unas flores enormes de hasta 40 centímetros que parecen salir inclinadas hacia abajo, semejando campanas.

Por supuesto, dependiendo de cada región recibe un nombre distinto, como en Cuba, donde la conocen como flor de campana, o en Colombia donde es referida como guante.

En cuanto a sus flores, las originales podemos distinguirlas porque son más pequeñas, mientras que los híbridos tienden a arrojar flores muy grandes. Quienes han consumido floripondio con fines alucinógenos, afirman que los efectos son parecidos a los de la mescalina y el lsd, con alucinaciones que van de lo visual a lo sonoro y lo táctil, hasta hablar con muertos, con las paredes o los objetos que nos rodean. 

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Floripondio, la flor alucinante que conduce a la muerte.

Esta planta tiene una historia propia y antigua, pero el uso que se le ha dado en años recientes solo ha sido de manera irresponsable, siguiendo modas de consumo y conductas nocivas que surgen en los grupos de internet.

La mayoría ignora que la planta contiene alcaloides que la convierten en un peligro para el organismo, tales como la metelodina, la escopolamina o la hiosciamina, aunque dependiendo de si se usan la raíz, el fruto o las flores, la cantidad de alcaloides puede variar. Junto a la belladona, el beleño y la mandrágora pertenecen a la Farmacopea, del Libro de las Brujas.

Por ejemplo, en el caso de la escopolamina se puede usar en el tratamiento de infecciones, heridas de la piel, la artritis, el asma, e incluso para el Parkinson, pero las dosis de más de 100 miligramos en adultos la convierten en narcótico, pudiendo causar insuficiencia respiratoria, ceguera, arritmias e incluso la muerte.

Esto porque la escopolamina induce la contracción de los vasos sanguíneos, causa amnesia, la dilatación de las pupilas, enrojecimiento de la piel y varios tipos de alucinaciones.

La manera más común de consumir esta flor es mediante una infusión. Pones a hervir 1 litro de agua, le pones de 1 a 6 flores, dependiendo de la intensidad que quieras sentir, y te lo tomas. Luego de unos 20 o 30 minutos vas a empezar a sentir los efectos, que pueden durar hasta tres días.

Ten cuidado con el exceso de flores, ya que entre más le eches más cerca podrías estar de la muerte, comenzando a sentirte desorientado, experimentar oleadas de angustia y alucinaciones, con la posibilidad de convulsiones y un posterior coma que pueda ser tu último tramo al más allá.

El consumo del floripondio provoca que el cuerpo no pueda desechar líquidos de manera normal, y se debe tener una dieta de seis meses para consumirlo de manera adecuada, lo que implica prohibir el alcohol, el sexo y las carnes rojas, así como cualquier otro psicotrópico durante ese periodo.

Chamanes experimentados consumen el floripondio acompañado de la ayahuasca y el cactus San Pedro, y lo utilizan para hablar con alguien que no esté presente o para encontrar objetos perdidos. Incluso los chamanes no recomiendan el uso de más de seis flores, aunque dependerá de la especie que se vaya a utilizar.

Ten en cuenta que el floripondio no es un enteógeno con el que puedas darte un viaje psicotrópico y expandir o modificar la conciencia, sino un narcótico que solo te hará perder el conocimiento y la sensibilidad. Precisamente, quien lo consume no puede tener conciencia de haberlo ingerido, lo cual hace que el efecto se perciba como algo real, provocando en el consumidor una serie de traumas severos, llegando incluso al síndrome esquizofrénico.

Si quieres jugarle al chamán alucinado, date. Si consumes esta planta por voluntad propia es claro que desprecias tu cuerpo porque solo lo estarías envenenando.

Hasta ahora no se ha demostrado que oler estas flores cause alguna intoxicación, aunque hay historias de personas que, paseando por algún jardín, han muerto luego de acostarse debajo de un árbol de floripondio.

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8M en México, las mujeres contra una nación feminicida.

8M en México, un país que se pone morado.

Quizá ninguna lucha ha puesto tanto en evidencia las contradicciones y traumas sociales como la de las feministas. Es la confluencia de distintas rutas, donde es necesario que todos nos detengamos para tomar la decisión sobre cuál camino se debe seguir.

El año pasado el morado inundó las principales ciudades mexicanas, en la concentración de colectivas feministas más grande que se haya visto en el país, donde todas sus voces se alzaron para denunciar los feminicidios, la inseguridad, la violencia de género, y para reclamar el derecho a decidir sobre sus cuerpos.

Sabemos que la violencia patriarcal ha sometido a las mujeres a lo largo de la historia, y la manera de sobrevivir ha sido sortear los golpes que se atraviesan todos los días por el camino. Esto mientras miles de personas externas a las movilizaciones, principalmente hombres, critican que monumentos y edificios históricos sean vandalizados con pintura morada y brillantina.

Pintarlo todo de morado solo es un gesto, que no puede cubrir el hecho de que en México todos los días sean asesinadas 11 mujeres y menores de edad, donde el 97% de estos casos queda impune; por supuesto, este color no difumina que cada cuatro horas una mujer sea violada.

De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, durante el confinamiento por la pandemia se han disparado los reportes de violencia intrafamiliar y las agresiones contra mujeres al interior de sus hogares, llegando a más de 260 mil denuncias por maltrato hacia mujeres, y 940 defunciones clasificadas como feminicidios. 

Estas son razones por las que las exigencias de estas colectivas no deben claudicar y deben ser escuchadas, para no seguir padeciendo la opresión de toda una nación feminicida que minimiza estas realidades y que convierte al estado en cómplice.

Desde Palacio Nacional, Andrés Manuel López Obrador aseguró que su gobierno está en contra del autoritarismo y la manipulación, y no en contra de los grupos feministas; mientras afuera elementos de seguridad levantaron vallas alrededor del inmueble para evitar daños ante la posibilidad de manifestaciones y actos vandálicos.

La pintura morada y las demandas escritas sobre las vallas no se hicieron esperar, y sirvieron de lienzo para conmemorar a las víctimas de feminicidios y para evidenciar el pacto patriarcal que sigue sosteniendo al estado y a la sociedad.

Fotos de Santiago Arau

La lucha contra una nación feminicida.

Desde su campaña y ahora como presidente, López Obrador ha venido señalando que los feminicidios tienen su origen en la descomposición social y la pérdida de valores. Su falta de entendimiento de las problemáticas que agobian a las mujeres le ha costado duras críticas, ya que se ha mostrado renuente al diálogo y en la estrategia de seguridad pública no ha demostrado capacidad para frenar la violencia de género.

Con algo tan reciente como la postulación de la candidatura de Félix Salgado Macedonio por parte de Morena a la gubernatura de Guerrero, a pesar de tener denuncias de abuso sexual, grupos feministas alzaron la voz y responsabilizaron a AMLO por permitir que en su partido se haya llevado a cabo un proceso tan sucio como ese. Si bien la presión fue efectiva y se decidió corregir el proceso, al final la candidatura quedó confirmada, provocando la renuncia de varios perfiles femeninos de las filas del partido.

Este acontecimiento resalta a la luz de las próximas elecciones, donde estarán en juego al menos 20 mil cargos públicos, para los que muchas organizaciones siguen peleando espacios para tener representación de mujeres en estas posiciones de poder, como parte de la tan exigida paridad de género en el ejercicio público.

Durante la marcha del 2020 se confirmó el uso excesivo de la fuerza, detenciones ilegales e incluso violencia sexual, de acuerdo con un informe presentado por Amnistía Internacional lo cual hace imperativo el mandato de lucha en contra de una nación feminicida que amenaza a sus mujeres.

Mientras que en las movilizaciones convocadas en este 2021, lo más polémico fue la supuesta presencia de francotiradores en el techo de Palacio Nacional, provocando que en redes sociales y algunos medios de comunicación comenzaran a circular fotografías evidenciando esta acción, entendida como una afrenta al movimiento.

Sin embargo, el vocero presidencial, Jesús Ramírez, desmintió que se tratara de personal armado, explicando que los elementos de seguridad estaban haciendo uso de “inhibidores de drones tipo Hikvision”, con el fin de evitar sobrevuelos sobre el recinto, considerado como reservado por motivos de seguridad. 

Debemos entender que la lucha es por la vida en primer lugar, por la libertad y por la erradicación del miedo, pero también por la dignidad y el respeto.

Por supuesto, todo movimiento social tiene filtraciones malintencionadas, y cada idea nueva que busque el progreso siempre tendrá detractores. Son síntomas de una sociedad que se mueve, que no controlamos y que invariablemente nos pondrá ante una nueva perspectiva.

Existen intereses de grupo, desde los bloques que encuentran en la radicalidad su derecho legítimo de expresión, pasando por el sector académico que busca explicar el fenómeno en congresos y papers, pero sin poner un pie en la realidad cotidiana; hasta las mujeres trabajadoras y estudiantes que buscan un ápice de respeto y dignidad para no ser acosadas y violentadas en las calles.

El sufrimiento de una madre que busca justicia para su hija asesinada; el de la estudiante que es constantemente acosada en el transporte público y en las aulas; de mujeres migrantes violentadas en sus derechos; el de la mujer indígena a la que le son negados los derechos laborales y de acceso a la justicia en su propia lengua, todo este sufrimiento requiere de empatía y justicia.

La frase “México feminicida” se proyectó sobre la antigua fachada de Palacio Nacional, en una imagen que debería llevarnos a la reflexión silenciosa, detenida y dolorosa de la realidad nacional.

Fotos de Santiago Arau
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La embriaguez romántica y el efecto emocional del alcohol.

La hormona del amor y el alcohol se parecen.

Hasta cierto punto, el alcohol comparte algunas de las características de la oxitocina, la llamada “hormona del amor”, y aunque sus beneficios se conocen por reducir el estrés o incrementar la empatía, también está relacionada a emociones negativas como la agresividad, la envidia y la arrogancia.

A muchos nos resulta divertido estar tomando alcohol, ya que funciona como una especie de lubricante social. Quizá en lo individual, puedes sentirte feliz mientras bebes, pero conforme la botella se vacía, tu interior puede estar llenándose de emociones negativas. Desde la nostalgia, la creatividad, la tristeza o la ansiedad, el abanico de emociones que agita el consumo de alcohol es diverso, y sus efectos nos golpean de manera distinta a cada uno. 

Estas similitudes probablemente existen debido a que tanto la oxitocina como el alcohol actúan en distintos niveles dentro de la misma ruta química en el cerebro. 

La oxitocina estimula cierto tipo de neurotransmisores, mismos que tienden a reducir la actividad neuronal, mientras el alcohol se une a estos e incrementa su actividad. Tanto la oxitocina como el alcohol tienen el efecto general de pisar la actividad cerebral, lo cual podría explicar el hecho de que ambos elementos funcionen como supresores de las inhibiciones.

¿Qué sentimos cuando bebemos alcohol?

Sabemos que el consumo excesivo de alcohol tiene consecuencias negativas en nuestro cuerpo y nuestra mente, además de influir en nuestro estado de ánimo. 

Beber pone al cuerpo en un estado de excitación que genera y libera altas cantidades de endorfinas y serotonina, las cuales son responsables de la regulación de las emociones, así como del sentido de felicidad y relajación; así que entre más bebemos alcohol, nuestros cerebros se hacen más vulnerables a los cambios volátiles del comportamiento.

Al sentimiento del amor se le asocia frecuentemente con la embriaguez, emulando el embelesamiento de una relación romántica con los efectos que puede desencadenar el alcohol, como la ira, la pasión desenfrenada o el dolor. Así ha quedado plasmado en millones de canciones que comparan al amor con la embriaguez, y en la convivencia donde el alcohol es necesario para ahuyentar las barreras que nos impiden demostrar afecto a los demás.

Como sabemos por la experiencia, nuestro trago puede ser engañoso ya que nos puede colocar en un modo relajado y de disfrute, incluso hasta llegar a la euforia; pero pasados los minutos los efectos que pueden manifestarse son los de un depresivo, e incluso si se padece alguna condición de salud mental considerable, el beber puede exacerbar ciertos comportamientos como la ansiedad y los pensamientos suicidas.

Incluso las personas pueden reaccionar de manera distinta de acuerdo con el tipo de bebida que estén consumiendo. 

Es más frecuente que el vino o los cocteles funcionen como catalizadores de estados de ánimo positivos, mientras que el vodka podría provocar mayor sensación de ansiedad, e incluso tristeza o miedo. En el caso del whiskey, tanto para hombres como para mujeres, puede relacionarse con sentirse abrumados o preocupados, aunque en muchos casos los hombres pueden llegar a vincularlo con algo nostálgico.

La embriaguez romántica es uno de los efectos emocionales del alcohol, y eso podemos experimentarlo solos o con pareja. Así que no importa si pasaste San Valentín solo en tu cuarto, con una botella de vino, o si pudiste pagar el cuarto para llevar a tu pareja y emborracharse juntos.

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El MDMA encierra a las parejas en su burbuja de amor y emociones.

MDMA, disparador de la emoción del amor.

Las emociones son una parte fundamental para la construcción de la personalidad y para encontrarle un significado a nuestras vidas, aunque muchas veces tratamos de encerrarlas o mantenerlas a raya; cuando esto ocurre, siempre hay sustancias disponibles que nos permiten liberarlas, aunque no queramos, como el caso del éxtasis.

De hecho, nuestras experiencias de vida siempre están marcadas por las emociones que nos conectan con el mundo que nos rodea, a pesar de la persistencia de un impulso que nos mueve a negarlas, a querer priorizar la razón y el intelecto sobre lo que en realidad estamos sintiendo por dentro.

Esta negligencia emocional es la respuesta de nuestro sistema para evitar mostrarnos vulnerables por el hecho de exponer nuestras emociones, debido al alto riesgo de incertidumbre que existe cuando las emociones internas se liberan en el mundo exterior. A ninguno nos gusta mostrar algo que no queremos que vean.

Entonces, el uso del MDMA es una oportunidad de encontrar un espacio en el que las emociones como el amor pueden compartidas sin reparos de ningún tipo, en donde la empatía y el amor pueden entregarse y donde las incertidumbres se evaporan.

La construcción de la burbuja en pareja.

La filósofa y psicóloga Katie Anderson, de la London Southbank University, inició en 2016 una investigación sobre parejas que consumen éxtasis de manera regular como parte de la convivencia en su relación afectiva, describiendo este fenómeno como una “burbuja emocional”.

El MDMA tiene efectos directos en las personas, desde sus afectaciones a la química cerebral, las reacciones inmediatas a la salud y la generación de experiencias; pero los efectos de largo plazo todavía son poco conocidos.

Podemos pensar más allá de estos efectos inmediatos y en sus consecuencias para la salud de los consumidores, pero puede ser interesante tener en cuenta cómo el consumo de éxtasis impacta las conexiones que se crean en las dinámicas sociales de individuos y pequeños grupos, desde el círculo de amigos cercanos hasta con los asistentes de una fiesta masiva.

Pero al pensar en las parejas consumidoras pocas veces se ha investigado al respecto, siendo que uno de los efectos de comportamiento que puede tener el MDMA es elevar exponencialmente las sensaciones de apertura y empatía emocional. ¿Realmente estas parejas pueden trasladar estos efectos a su relación del día a día, más allá del rush durante el consumo?

La doctora Anderson condujo su estudio mediante el seguimiento de los casos de diez parejas consumidoras, diseñando entrevistas semiestructuradas que seguían una guía de preguntas, pero que al mismo tiempo dejaron espacio para que las parejas pudieran expresarse libremente.

Al momento de procesar los datos recabados en su investigación, encontró que las parejas describieron experiencias que hacían pensar en que una “burbuja emocional” se había formado a su alrededor cuando consumieron MDMA. Dentro de la burbuja las parejas encontraron un lugar seguro para mostrarse vulnerables y expresivos, con mucha más sintonía con sus propias emociones, lejos de tristezas, miedos, enojos o preocupaciones. 

En el caso de estas parejas, el sentimiento de amor se magnificó durante las experiencias con MDMA, como reflejo del efecto de poner encima las reacciones positivas y las negativas por debajo; esto a pesar de que en esa apertura emocional pueden aparecer confesiones como una infidelidad o cualquier otro inconveniente, pudiendo reventar la burbuja si no de manera explosiva sí con algún impacto posterior. 

En estos casos, la experiencia con el MDMA puede servir como un punto para mirar atrás y reflexionar en lo que pasó, si el amor de pareja podrá continuar o no, pero ya no con la carga de culpabilidad sino desde una perspectiva de apertura.

La metáfora de la burbuja funciona para explicar este efecto de la droga, ya que al mismo tiempo es frágil y transparente, nos puede aislar del mundo, pero también pueden vernos desde afuera, y por supuesto, puede reventarse en cualquier momento, dejando solo rastros de la experiencia. 

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Humanos después de todo, Daft Punk anuncia su separación.

El amor musical entre la máquina y el humano.

Haciendo bien su tarea, Daft Punk llevó su sonido y estética alrededor del mundo, logrando un impacto inmediato por la puesta en escena y parafernalia alrededor de su anonimato, mediado por la alegoría a la automatización y la robotización. 

Aunque en algún momento de su carrera trascendió que sus nombres son Thomas Bangalter y Guy-Manuel de Homem-Christo, una gran incógnita sobre su identidad siempre se posó sobre sus cascos robóticos, con toda la intención. Renegando de sus rostros reales, el dúo parisino siguió alimentando su concepto de música creada por seres que están en un punto intermedio que mezcla características humanas con las de una máquina. 

Si bien en sus inicios el sonido fue enmarcado dentro de la oleada del french house, a lo largo de su discografía fueron mostrando su inquietud de abarcar otros terrenos, desde el synth pop, el rock o la dance music, pero siempre dejando muy clara su inspiración en la contundencia del funk.

Creadores de potentes capas de ruido, hicieron de su estilo algo inconfundible, en donde los bajos gruesos inspirados en el funk más sucio se mezclaron con baterías y cajas de ritmos precisas, envueltas en melodías arrancadas a todo tipo de sintetizadores análogos. Desde hacer una propuesta interesante y experimental, hasta ser fabricantes de hits mundiales, la destreza y habilidad musical dejada por Daft Punk es innegable.

El proyecto llegó a su final aparentemente, justo en la antesala del vigésimo aniversario de Discovery, el disco que sacaron en marzo de 2001 y que catapultó a la estratósfera su estilo y propuesta, causando un revuelo por su diseño sonoro y visual, enmarcado en Interstella 5555: The 5tory of the 5ecret 5tar 5ystem, un anime producido por Toei Animation bajo la supervisión de Leiji Matsumoto, que a todos nos voló la cabeza en el comienzo del nuevo milenio.

La separación de Daft Punk, humanos después de todo.

Tras la confirmación del publicista de la banda y un video titulado “Epilogue” trepado a YouTube, la historia musical del dúo parisino que comenzó en 1993 parece haber llegado a su fin en este febrero de 2021, sin explicaciones de por medio.

En el clip, un extracto de su cinta Electroma, publicada en el 2006, los dos robots nos dan la espalda y se marchan hacia un estéril horizonte, quizá a seguir perpetuando su idea de anonimato. 

Hasta en su despedida dejaron al público con la incertidumbre de si se trataba de algún tipo de estrategia publicitaria para un nuevo lanzamiento, pero todo se derrumbó al momento en que un robot programa al otro para la autodestrucción. 

Podemos recordar lo que nos advirtieron en Discovery con la historia secreta del star system, y pensar que tal vez ellos regresaron por fin a su planeta, tras dejarnos todo un legado musical y visual que perdurará entre las épocas.

Todo lo que nos transmitieron con su música estos robots nos demuestra que, después de todo, también son humanos.

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El peso del sexo en el amor puede determinar tu relación.

El sexo y el amor en las relaciones.

Vivimos bombardeados de sexo, por todos lados nos cae y se atraviesa en nuestros caminos a cada paso que damos. Nos hacen sentir que lo necesitamos, y que si no lo tenemos hemos fracasado como personas socialmente aceptables en esta era.

Pero hacer el amor implica más aspectos que una mera relación sexual, ya que requiere de una conexión afectiva especial, en la búsqueda de experiencias que puedan sostener vínculos mucho más profundos y significativos. Claro, para otros solo seguirá siendo una manera romántica de llamarle al acto de coger.

Una relación estable y con miras en el largo plazo evidentemente no puede depender solo de los trences que nos demos en la cama. La vida real del día a día nos somete a altas dosis de estrés y lo que menos quieres de tu propia pareja es que siga alimentando ese malestar emocional que ya traes desde afuera.

Debemos entender el peso del sexo en las relaciones de pareja y atender su importancia, pero también buscar los momentos en los que el coito no es determinante para lograr un enlace afectivo que puede reforzar la relación de pareja. 

Otras maneras de quitarle peso al sexo.

El hecho de compartir una vida en pareja implica entender que no podrán pasar todo el tiempo metidos entre las sábanas, así que la convivencia debe procurarse en todos los niveles de la vida diaria.

Por ejemplo, existen miles de casos de parejas que trabajan juntas, que llevan su conexión al ámbito laboral, y aunque a primera vista no parece algo ideal, desempeñarse juntos en este terreno puede ser benéfico por el hecho de poner alguna meta en común y la obligatoriedad de colaborar para alcanzarla. El compromiso en pareja en este sentido puede tener recompensas no solo económicas, sino reforzar la confianza y el respeto.

Por otra parte, se dice que para poder tener una pareja el escenario ideal sería que en lo individual cada parte se sienta realizada y dispuesta a compartir su vida con alguien más; pero siempre estaremos incompletos e insatisfechos. Por eso, el buscar el desarrollo personal en pareja puede ser una actividad con la que ambos logren apoyarse entre sí, incluso con mejores resultados de empoderamiento y confianza que los ofrecidos por los miles de productos de “auto ayuda” que existen.

También aventurarse juntos en intentar cosas nuevas les otorgará la posibilidad de reencontrarse y compartir momentos lejos de las vibras del egoísmo. Desde hacer ejercicio juntos, cultivar algún pasatiempo en conjunto, y hacer algo que ninguno de los dos haya intentado jamás, pueden convertirse en estímulos que refuercen la confianza, admiración y amor entre cada uno.

Individualmente, quizá tu balanza siga inclinándose al sexo puro y duro, pero cuando tengas una pareja a la que quieras conservar puedes intentar algo de lo que te sugerimos. Si no cuadra con tu idea sobre “hacer el amor”, de todos modos, pueden ser un buen pretexto para llevar las cosas a donde tú quieras.

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