Monthly Archives: septiembre 2022

Cocaína adulterada, el asco de lo sintético de lo sintético.

La coca adulterada es mortal.

A principios de este año circularon historias sobre la muerte de varios consumidores de drogas que habían ingerido cocaína adulterada en Buenos Aires, la capital de Argentina. Al menos 20 personas murieron tras no soportar los efectos de consumir esta droga basura.

Además, decenas más de consumidores fueron hospitalizados de gravedad tras los efectos devastadores de esta cocaína de mala calidad. Más de diez personas fueron detenidas en Puerta 8, una “villa miseria” en la Zona Oeste del conurbano de Buenos Aires, de donde se presume que salió esta cocaína adulterada.

Casi todos los afectados eran hombres de entre 30 y 40 años, y la mitad de los fallecidos ni siquiera alcanzó a llegar al hospital. Este caso revela varias aristas, desde el conflicto entre bandas del narcotráfico y su necesidad de acaparar más mercado, hasta el contexto de marginación, pobreza y crisis que está afectando a buena parte de los países latinoamericanos.

Mientras se discuten las políticas de drogas, miles de jóvenes están en las calles buscando su próxima dosis, y tal vez la mayoría de ellos solo quieren algo barato, rápido y que les pegue bien, sin cuestionar la calidad del producto.

¿Con qué se adultera la cocaína?

Los especialistas que atendieron el caso argentino determinaron que se utilizó el carfentanilo para adulterar la cocaína que consumieron las personas que murieron y las que resultaron hospitalizadas. En realidad, el carfentanilo se trata de un opiáceo empleado por veterinarios para tranquilizar a animales grandes como elefantes o rinocerontes.

El carfentanilo es derivado del fentanilo, con la diferencia que es muy letal y tóxico para los humanos, ya que es de uso veterinario y de venta controlada en Estados Unidos, no así en países de América Latina, donde es utilizado para cortar drogas sintéticas y hacerlas rendir para obtener mayores ingresos por su venta.

Para adulterar la cocaína también se ha detectado el uso de levamisol, un medicamento veterinario que actúa contra gusanos y parásitos. Al menos desde 2003 se ha documentado el uso de este antihelmíntico en Estados Unidos, y en los siguientes años bajó a países como Uruguay y Argentina, que de hecho son los tres principales países consumidores de cocaína en el continente americano.

Similar a los efectos y a los usos que se le ha dado a la xilazina para cortar la heroína, la morfina y usando fentanilo, el carfentanilo ha comenzado a posicionarse como agente para redituar en mayores beneficios a los fabricantes de drogas en laboratorios clandestinos, y que llegan con facilidad a las calles, sobre todo a consumidores adictos y poco informados que no repararán en seguir en el rush a pesar de estar metiéndose una droga que es pura basura.

Un consumidor consciente sabe que la cocaína es adictiva y peligrosa, por eso preferirá acudir a fuentes que le garanticen un buen producto para gozar mejor de sus efectos. Un consumidor adicto y sin criterio se meterá lo que sea que le recuerde a la sensación que ya experimentó, poniendo por delante su premura que el disfrute de un efecto placentero.

Efectos de la cocaína adulterada.

El mareo se manifiesta casi inmediatamente, acompañado de una sensación de desmayo, muy cercano a experimentar una “pálida”. A estos síntomas se puede agregar algún ataque de pánico y la sudoración fría, así como las ganas de vomitar, pero sin poder lograrlo.

Dependiendo de qué tan cargada esté tu dosis, es probable que te cueste trabajo respirar y los vómitos se manifiesten en la siguiente hora, propulsados por un temblor incontrolable en las extremidades.

Lo anterior se refiere al consumo inmediato de una cocaína que ha sido claramente adulterada y que puede conducir a una muerte casi inmediata; pero los efectos por un consumo prolongado se acentúan de acuerdo con la frecuencia de uso y van deteriorando la calidad de vida del consumidor.

Efectos como la neutropenia, que es el bajo conteo de glóbulos blancos y que nos hacen más propensos a infecciones; la inflamación de la materia blanca del cerebro; las hemorragias pulmonares; la inflamación de los vasos sanguíneos que puede restringir el flujo de sangre hacia los órganos y los tejidos, son solo parte del cuadro de horror que puedes contraer de seguir insistiendo en meterte rayas de pésima calidad.

Un debate sin fin.

El debate siempre seguirá entre regular el mercado de drogas para sacarlo de la ilegalidad y se deje de criminalizar a los consumidores; o bien, dejar las cosas como están, endurecer las leyes antidrogas y seguir permitiendo que lleguen productos basura a inundar el mercado negro.

La cuestión cambia de perspectivas y de individuos involucrados. Los trabajadores que gustan de meterse unas líneas de vez en cuando alegarán su derecho a seguir consumiendo, exigiendo un acceso a sus derechos de salud y de libertad de consumo porque pagan impuestos y no están afectando a terceros con su consumo responsable.

Para muchos otros la cuestión nunca cambiará y la vía siempre será la estigmatización de los consumidores y adictos, y el exigir penas más severas para el tráfico, la posesión y el consumo de sustancias ilícitas. Pero también en este bando estarían pasando por alto el derecho de las libertades de los demás.

Quizá lo que debería estar por delante sea el derecho a la vida, el garantizar la mayor cantidad de opciones para que tanto como consumidores y personas con problemas de adicción tengan tratamientos adecuados, y que quienes no consuman conozcan los efectos de las sustancias y la importancia que tiene el terminar con el mercado ilegal, que amenaza principalmente a las zonas marginadas.

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La recesión que se viene. ¿Ya pensaste qué vas a hacer?

Recesión por pandemia.

La pandemia que soltaron hace un par de años sin duda ha sido un factor determinante para entender por qué las cosas están hoy de esta manera. Durante la cuarentena por el Covid-19 y sus variantes millones de negocios tuvieron que cerrar por las medidas restrictivas impuestas por los gobiernos y los organismos supranacionales. Esta situación orilló a los gobiernos a imprimir más dinero para incentivar el consumo mediante estímulos, ayudas y bonos. 

En varios países -siendo Chile el ejemplo más claro en Latinoamérica- las personas tuvieron que recurrir inclusive a retirar sus fondos de inversión, provocando que más volumen de dinero estuviera en circulación, propiciando la subida de precios debido a que se generó una mayor demanda para los mismos bienes y servicios.

La impresión de dinero a causa de la pandemia fue un factor que disparó la inflación prácticamente en todos los países, sumado a los problemas en las cadenas de suministros a nivel mundial, agravado por la incertidumbre provocada por las operaciones militares de Rusia en territorios de Ucrania.

La producción y distribución de productos y servicios básicos se ha interrumpido por estos factores, desde los combustibles a los alimentos. No solo se están produciendo menos cosas, sino que es más difícil y costoso que los bienes lleguen a los consumidores, echándole más leña al fuego que ha provocado la alta inflación.

Cuestión de tasas de interés.

Además, los bancos centrales de los países han comenzado a subir las tasas de interés a niveles nunca vistos. Esto se refiere al precio del dinero; es decir, lo que nosotros debemos de pagar por poder pedir dinero al banco o a otra institución financiera. 

Las tasas de interés determinadas por los bancos centrales son un instrumento para regular la política monetaria. Cuando se tienen bajas tasas de interés el objetivo es incentivar el consumo y activar la economía, por lo que es más barato adquirir deuda como comprar casas; pero esto provoca que haya mucho dinero circulando, lo que puede impactar el precio de las cosas.

Así, para disminuir la inflación los bancos centrales pueden subir las tasas de interés, encareciendo nuestro acceso al dinero, para evitar que siga entrando dinero al mercado y forzar al ahorro entre los consumidores. Esto afecta a bonos y depósitos a plazos. 

Recientemente la FED en Estados Unidos anunció un aumento de 0.75%, algo no visto desde hace 30 años, y el Banco Central Europeo aumentó a 0.25% sus tasas cuando se había caracterizado por mantenerla prácticamente en cero. La lógica económica dicta que cuando se aumentan las tasas de interés, por lo general, es el anuncio para la entrada a una recesión.

En México no somos ajenos a esta situación, ya que Banxico determinó un aumento histórico de 0.75% a la tasa de interés de referencia, con un 8.1% de inflación anual para la primera quincena de julio. La expectativa es que a finales de año y para 2023 el arranque de la tasa sea superior al 9%.

Imagen de storyset en Freepik

¿Qué se puede hacer ante la recesión?

Puede ser que no podamos entender todos estos números en el primer vistazo, pero muchos podrán recordar cómo se puso la cosa cuando reventó la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos entre 2008 y 2009. Con lo que está amasándose ahora, las consecuencias podrían ser significativamente peores. 

Por eso es importante estar al tanto de qué podemos hacer para hacer frente a este fenómeno de crisis por recesión, porque no será solo en Estados Unidos, sino que lo comprobamos cada día que vamos al supermercado en nuestros países.

Entonces ¿qué podemos hacer frente a una recesión que ya nos está respirando en la nuca? De entrada, es indispensable asegurar una fuente de ingresos, tener la posibilidad de alimentar un fondo para emergencias, salir de deudas y abastecerse de productos esenciales.

Eliminar deudas con tasas de interés variables es una buena recomendación, ya que estas costarán más caras en un ambiente dominado por una subida de tasas de interés desde los bancos centrales de los países. Es importante revisar las condiciones de las tasas de interés de tus créditos, a pesar de que no sea una tarea fácil de hacer.

Algo importante es no endeudarse con instrumentos de crédito, ni hacer compras innecesarias ni extender los plazos de créditos ya contraídos. Reducir los gastos es indispensable en momentos de incertidumbre económica, y esto se logra haciendo un presupuesto mensual ajustando los ingresos y los egresos. 

Adicional a esto, es preciso alimentar un fondo de emergencias que se utilice solamente en casos extremos como perder el trabajo, atender la salud, o adquirir o reparar alguna herramienta de trabajo. La recomendación es tener al menos tres meses de nuestros gastos fijos en este fondo de emergencias.

Muchas empresas están despidiendo a sus trabajadores, ya que se prevén bajas en las ventas y una situación económica más complicada en el futuro cercano. Desde Tesla hasta Netflix y otras startups han recurrido a prescindir de buena parte de sus colaboradores ante la incertidumbre, y la cosa no pinta el mejor panorama.

Sí, probablemente pasarán cosas malas que minarán nuestro estado de ánimo, pero sin afán de sonar a positivismo tóxico, es importante que mantengamos la calma y tengamos una actitud positiva basada en saber que hemos tomado las medidas necesarias para hacer frente a lo que se viene.

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Las ‘infancias trans’, entre los derechos naturales y las agendas artificiales.

Infancias trans, ¿tendencia, moda o algo natural?

Con temas como el de las infancias trans es frecuente que nos inclinemos a pensar que conductas e identidades que ahora parecen estar en tendencia son algo reciente; sin embargo, al revisar la historia podemos encontrar miles de ejemplos de situaciones de este tipo que ya ocurrieron pero que seguimos pensando que son nuevas.

Jules Gill-Peterson, autora de “Histoires of the Transgender Child”, hizo un recuento de historias de niños transgénero en distintas épocas, que pudieron hacer su transición e incluso asistir a la escuela a pesar de los tiempos en que les tocó vivir, donde sus identidades no eran reconocidas, tal como puede ocurrir hoy a pesar de la presencia del tema en todos los medios.

En años recientes muchos países han atestiguado debates legales sobre la visibilidad y los derechos de los jóvenes transgénero. En muchos casos se ha buscado prohibir y hasta criminalizar el acceso de los niños transgénero a la atención médica que afirme su género o incluso a los deportes organizados.

El argumento es que estas exigencias no existían hasta hace algunos años, como si el fenómeno de las infancias transgénero fuera un tema contemporáneo, asociándolo a un “fenómeno cultural de los jóvenes del siglo XXI”.

El punto es que hoy en día esta visibilidad de las infancias transgénero se ha politizado, cuando lo importante sería atender las consecuencias de la discriminación que sufren quienes se identifican con un género distinto al asignado al nacer, personas que para enfrentar este proceso personal requieren el apoyo de los demás.

Enfrentar desde niños y en soledad una condición como la disforia de género -esa sensación de incomodidad o angustia que sienten las personas cuya identidad de género difiere del sexo asignado al nacer-, puede producir adultos sin integración social con su entorno, con tendencias suicidas o hacia las adicciones, por lo cual su vida estaría en riesgo.

El derecho a tener identidad.

Recientemente ha habido esfuerzos por legislar en favor de que un menor de edad tenga el derecho de auto percepción de identidad de género.

Salma Luévano, diputada federal, ha estado impulsando la Ley de Identidad de Género, en la cual se busca hacer modificaciones a los códigos civiles que se han hecho en varios estados, con el fin de reconocer el derecho de las personas a cambiar de género y el nombre asentado en su acta de nacimiento.

Se reconoce el derecho a ser identificado de acuerdo con la percepción personal de género y en cuestiones prácticas de la vida, la identidad debe ir acorde con los documentos oficiales. Esto ayuda a que de alguna forma no se incurra en discriminación contra personas que jurídicamente han decidido asignar su identidad auto percibida, dando “seguridad y empoderamiento”.

Son 19 estados los que ya han aprobado la Ley de Identidad de Género, y los cambios en el acta de nacimiento de acuerdo con la identidad de género auto percibida es gratuita en algunas entidades y en otras tiene costo. 

Bajo la lógica de que los derechos humanos son “para todos, todas y todes” y no deben ser sometidos a consulta, Luévano ha insistido en que también las infancias puedan gozar de este derecho “para que no haya tanto señalamiento, tanto bullying y tanta discriminación”, dando una garantía de respeto para que las “infancias y adolescencias trans” tengan protección jurídica.

Es cierto que las reformas y modificaciones legales deben ir de la mano con la educación, para garantizar una infancia y adolescencia feliz para los menores que se auto perciben de manera distinta a lo binario. Pero este fenómeno no ha escapado del yugo de agendas específicas que intentan tomarlo para introducir otros intereses.

La politización de las infancias trans.

Realizando una búsqueda simple en YouTube podemos encontrar muchos documentales y testimonios particulares que relatan la lucha de las infancias trans.

En varios de ellos podemos notar que muchas veces el discurso está muy bien estructurado, que se insiste en la penetración del “lenguaje inclusive” y que se utiliza terminología específica para referirse a las condiciones que se quieren exponer; es decir, se nota una agenda detrás.

La Asociación por las Infancias Transgénero es una asociación civil que nació para apoyar el proceso de transición de género de los adolescentes, ya que existe un gran vacío legal de información y respeto por “la identidad trans de les menores de edad en México”. De acuerdo con esta asociación “1.2% de lxs niñxs y adolescentes en México no se identifican con el género que se les asignó al nacer”, es decir, más de 180 mil menores de edad.

La Red de Familias Trans es otra organización civil que busca relacionar a familias que tienen algún miembro trans en su núcleo, con el fin de compartir experiencias y apoyar desde lo jurídico y social ante casos de discriminación y abuso de derechos de sus familiares.

Al atender una problemática que muchas veces pasa desapercibida, tampoco podemos ignorar los intereses que cubren muchas de las agendas progresistas que intentan hacerse presentes en los espacios legislativos, en medios de comunicación y en otros espacios de poder.

Por supuesto, nunca deben permitirse las agresiones contra las personas que se auto perciben fuera de lo binario. Por eso es por lo que el tema de las infancias trans genera tanto ruido, porque grupos que no están lo suficientemente informados al respecto solo se sienten moral y culturalmente amenazados por algo que no conocen ni entienden a profundidad.

Existe una cultura que señala y reprende toda conducta fuera de “lo normal”, pero también es cierto que cada vez se insiste más y más en promover las agendas progresistas, incluso llamando al tema de las infancias trans como la próxima conquista del movimiento progresista.

El temor de muchos sectores de la sociedad respecto a que dentro de estas asociaciones se esconden agresores sexuales y pedófilos no puede ser desestimado; pero no solo ahí están los perpetradores de agresiones contra menores, sino que están también en la escuela, en las iglesias, en la calle o en el metaverso. En todos lados y en cualquier contexto, los más vulnerables siempre son los menores de edad.

No tenemos el derecho de cuestionar la decisión individual de una persona ni su autodeterminación; pero cuando se intenta impulsar una agenda pública que implica el destinar recursos del erario para financiar procedimientos como las operaciones de asignación de sexo para los menores de edad, no es difícil adivinar que esto causará repudio.

Politizar un fenómeno como el de las infancias trans no es lo más recomendable, ya que en primer lugar necesitan ser acompañados en un proceso que va de lo puramente individual a sus redes de relaciones con su entorno familiar, escolar y social en general; necesitan ser escuchados con respeto, el mismo con el que deben ser tratados todos los menores de edad.

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