Monthly Archives: enero 2021

BDSM. Estar entre las cuerdas del dolor y el placer.

Las claves del BDSM.

Una diosa baja imponente de su trono, con un traje de látex embarrado a los contornos de su figura voluptuosa, y se aproxima a su adorador. Él, desnudo y arrodillado, con las manos amarradas detrás de la espalda, espera quieto como un perro, pero con ansia en el rostro debajo de su máscara.

Esta deidad se acerca, toma la cadena que rodea el cuello de su mascota, y la pasea por toda la sala. Sólo se escuchan el eco de los tacones en el piso y el tintineo de las cadenas y arneses. Detiene la marcha, toma con fuerza el mentón del cautivo y le abre la boca, para dejar caer en ella un escupitajo y después una cachetada ensordecedora. Acaba de empezar la dominación.

El BDSM abarca en sus siglas conceptos como el bondage, la disciplina, la dominancia, la sumisión, el sadismo y el masoquismo. El bondage se refiere generalmente la dominación y restricción del cuerpo mediante el uso de ataduras con cuerdas, esposas y mordazas. La disciplina encarna un conjunto de reglas establecidas por la figura dominante y que la persona sumisa debe seguir. La dominancia implica que el lado dominante debe imponer su voluntad sobre el sumiso incluso dentro de sus duros límites. 

Imagen de inna mikitas en Pixabay

La cuerda del dolor al placer.

El sadismo deriva del placer sexual que se obtiene a través de infligir dolor, sufrimiento o humillación sobre la persona dominada, y el masoquismo implica que esta parte sumisa obtendrá placer sexual mediante su propio sufrimiento o humillación impuesta por la parte dominante. El sadomasoquismo se lo reparten entre el Marqués de Sade, el morboso cerebro detrás de Los 120 días de Sodoma, y Leopold von Sacher-Masoch, el autor de Las Venus de las Pieles, quienes acuñaron con sus apellidos estas prácticas al ser los primeros en escribir abiertamente sobre parafilias y fetiches, en un contexto poco receptivo a sus inquietudes.

Para el hombre que se adentra en esta práctica la dominatrix debe estar por delante, ella ordena y decide por el sumiso, dando a cada uno su rol. El masoquista se excita con el dolor, pero no necesariamente tiene que gustarle sentirlo. Se somete al sufrimiento porque su diosa así lo quiere y sólo tiene que seguir órdenes. No todos tienen que eyacular, y hay sumisos que solamente se regocijan en servir y no en disfrutar un clímax sexual de manera convencional.

No hay nada de malo o raro en explorar los deseos, porque esto puede permitirles a las personas descubrir una versión de ellas mismas que es más segura de lo que quiere, y que le hace parecer que tiene el control de cada aspecto de su vida. Sin embargo, nunca hay que olvidar que se deben ejercer prácticas seguras, confiables y dejarse llevar por quien realmente se es. 

Te recomendamos que te desinhibas y le quites las cuerdas a tus fantasías, para que mejor se las pongas a tu pareja; pero olvídate de la misoginia de Fifty Shades of Grey. No basta el consentimiento, y debe siempre prevalecer la comunicación, la madurez emocional y el autoconocimiento.

Combinar sexo y dolor es posible y placentero, pero debe ser gratificante para todas las partes.

Imagen de Klaus Hausmann en Pixabay
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Absenta: el diablo verde que inspira y enloquece

Cuando el diablo se pone verde.

Esta bebida alcohólica se elabora a partir del ajenjo (artemisa absinthium), anís y flores de hinojo, mediante un método de destilación. Se pueden utilizar otras hierbas a discreción del fabricante, pero los tres ingredientes anteriores son infaltables para lograr una absenta en forma. Teniendo todas las sustancias reunidas se procede a una maceración en alcohol neutro, como el ron o el vodka, para luego destilar y volver a macerar la mezcla, que obtiene con este segundo destilado su color verde característico.

Desde la segunda mitad del siglo XVIII ya se fabricaba un destilado de ajenjo que era utilizado como tónico en algunos conventos, sentando el precedente de la absenta, que se convirtió hacia el final del siglo XIX en una de las bebidas más populares en Francia y toda Europa, comenzando desde entonces la leyenda alrededor de sus mágicos efectos tan buscados por los artistas.

A pesar de este misticismo intoxicante, el estigma de ser una bebida peligrosa no tenía sustento en sus propiedades, sino en los intereses de grupos afectados por el incremento de la popularidad de este trago desde finales del siglo XIX. Su prohibición quizá se debió a presiones de productores de vino que se encargaron de crearle mala fama a partir de supuestos “estudios serios” que denunciaban lo nocivo de las propiedades de la absenta y el riesgo que corrían sus bebedores.

De la inspiración a la locura.

Escritores, pintores y músicos encontraron en este líquido verde un motor para dar rienda a sus potencialidades creativas, reflejando en ellas los efectos psicotrópicos y alucinógenos que genera, la euforia y el dolor que puede desencadenar en quienes la consumen. Para muestra la obra de artistas como Degas, Picasso, o escritores como Baudelaire, Mary Shelley, y Ernest Hemingway.

El propio Oscar Wilde describió la manera en que sucedían las cosas cuando se empezaba a empinar el codo con este trago. Se echaba el primer vaso para ver las cosas como él quería, pero luego del segundo aparecían cosas inexistentes. Dando el último sorbo terminaba de ver las cosas como en realidad eran, “y eso es lo más horrible que te puede ocurrir”, lamentaba el dramaturgo.

Basta echar una mirada hacia El bebedor de absenta (1901), obra del pintor e ilustrador checo Viktor Oliva, donde claramente podemos sentirnos como el hombre bohemio que lamenta su existencia, arrinconado en la mesa de un bar parisino, en donde acompañado del hada verde parece haber terminado su viaje alucinógeno y se empieza a dar de golpes en su dura realidad.

El ritual alrededor de la absenta parece haber terminado, y muchos hemos olvidado la copa de cristal, la cucharilla de plata perforada, el cubo de azúcar y el fuego para poder tomarla. Ahora lo podemos encontrar en variantes como el “black absinth” con anís y pimienta, el absinth cannabis de diversas marcas, y un sinfín de coctelería. 

Si no tienes talento, deja que el diablo verde te invite un shot y alucina que sí lo tienes. Te esperamos cuando regreses a la realidad.

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¿Por qué subirte a la ola del podcast? Para empezar a escuchar de nuevo.

Hay que escuchar al podcast y su origen.

Muchos pueden verlo como algo fácil de hacer que no requiere esfuerzos, y que cualquiera lo puede hacer. Al menos en México, los standuperos han sido quienes han encabezado este boom reciente en el crecimiento de la oferta de podcast y han vuelto muy popular el formato entre las nuevas generaciones.

Pero, para que existiera el podcast, primero fue necesario que Apple creara el iPod, el pequeño dispositivo que fue la culminación de la compresión del sonido, que permitió almacenar grandes cantidades de audio en un artefacto que cabía en la palma de la mano.

En 2004, The Guardian intentó entender este fenómeno que traía un tipo de radio online, llamándole simplemente podcast, al juntar el concepto del broadcasting con el nuevo iPod, confirmando que se ha tenido que dar una revolución tecnológica de grandes dimensiones para poder llegar hasta el momento que vivimos actualmente con la comunicación y la creación de contenido.

Hay podcast para todo tipo de personas, unos mejor hechos que otros, con mayor solidez y mejores propuestas. Lo interesante será ver cómo evoluciona este fenómeno en los próximos años.

 

¿Por qué subirte a la ola del podcast?

Tiempo, paciencia y creatividad es lo que se necesita para crear una comunidad de escuchas que estén atentos al contenido que generes en tu podcast. Por eso, contrario al estigma de la primera impresión surgida desde la ignorancia, querer hacer un podcast no es tan fácil como parece.

Producir y editar el contenido son solamente las partes técnicas que debes dominar si quieres entrarle. Es tentador empezar porque realmente no se necesita un gran presupuesto para dar a conocer tu propuesta entre toda la oferta que existe en este rubro.

Hay algunas estrategias que puedes implementar para generar mayor atracción hacia el contenido que estás generando. 

Por ejemplo, el hecho de interactuar con todos los usuarios que se acerquen a tu proyecto es algo que no deberías dejar pasar, ya que representa la oportunidad de empezar a conformar una comunidad alrededor del mismo, crear fidelidad y el sentimiento de cercanía; esto puede redituar en que las personas compartan tu contenido cada vez que sale y se corra la voz de manera orgánica.

También puedes apoyarte en la comunidad de podcasters, que generalmente es muy receptiva a los nuevos proyectos, y así iniciar una red de colaboraciones y promociones, especialmente si tu podcast apunta a un tema o comunidad en específico.

¿Para dónde se moverá esta tendencia en los próximos años? Es difícil saberlo con precisión, pero están surgiendo iniciativas como Clubhouse, una nueva red social que sigue en versión beta, que está intentando conectar a cualquier persona a través del audio, como si fuera el hijo que tendrían Spotify y Zoom, emulando la experiencia de entrar a un podcast en tiempo real involucrándose en la conversación.

El siguiente paso está en ti. Es despertar a la realidad de comunicación que ofrece el formato de podcast y a las posibilidades de generar con él nuevas modalidades de entendimiento. Es hora de iniciar, de empezar a escuchar de nuevo.

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México, te falta coger con educación.

Nuestra sexualidad pone en evidencia comportamientos, prácticas y hábitos relacionados con el cuerpo, y también afecta las relaciones sociales que establecemos con los demás.  Es algo que incluso puede poner en conflicto las ideas y preceptos morales que defendemos, así como los discursos y significados que podemos tener sobre las normas que tratan de regir sobre algo tan íntimo como el deseo erótico y el comportamiento sexual.

El ejercicio de la sexualidad con fines reproductivos es algo que en cualquier sentido y sociedad se puede entender, pero la manera en que se vive la sexualidad y se accede a ella puede variar diametralmente de una región a otra. 

En México se sigue teniendo el adjetivo de “mocho” a las sociedades que censuran toda educación sexual, y que por ende reprimen este impulso tan humano. Generalmente se distingue entre la cultura conservadora que persiste en el campo y las ciudades pequeñas, a la supuesta apertura que prevalece y se ha ido ganando en las grandes ciudades.

Pero no nos hagamos los desentendidos: mochos y libertinos hay en todos lados. El punto es promover una educación sexual acorde a las necesidades de la población, desde la etapa escolar e incluso hasta la adultez, partiendo desde algo elemental como el tratamiento de las enfermedades que puede desencadenar una vida sexual practicada de manera irresponsable y sin conocimiento.

La educación seguirá siendo la única manera de enfrentar los vicios de una cultura fincada en el machismo, como la mexicana, que ve en la sexualidad una herramienta más para seguir perpetuando una lucha desigual en las relaciones personales, familiares y sociales. Sin ir más lejos, la reciente Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública que elaboró el INEGI, confirma que menos del 10% de los delitos sexuales que son cometidos se denuncian ante las autoridades, mientras la gran mayoría de los mexicanos inician su vida sexual antes de los 18 años, propiciando que el embarazo entre adolescentes siga en aumento.

Las condiciones en que se toman decisiones para la sexualidad tienen un gran efecto en la calidad de vida, y en muchos sentidos se convierten en cuestiones de vida o muerte, si tomamos en cuenta el contexto de una cultura violenta como la mexicana, donde de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en el primer semestre de este 2020 se han registrado 566 feminicidios, un 5% más respecto al año pasado.

Es interesante destacar cómo le podemos dar importancia, para bien y para mal, a ciertas prácticas sexuales, como si los factores sociales quisieran dejar de lado aspectos como el deseo subjetivo, ya que sin esto no se podría comprender la sexualidad de las personas. 

Lo complejo es entender cómo una sociedad puede procesar tantas contradicciones: de seguir denigrando y discriminando a las mujeres que ejercen su sexualidad libremente, pero alentando delitos como la trata de personas. México, donde “tu puta madre” es una de las mayores ofensas, y donde al mismo tiempo se ocupa el décimo lugar mundial en visita de sitios pornográficos, de acuerdo con el ranking 2019 que dio a conocer el sitio PornHub, siendo el primer lugar en la región de América Latina.

Realmente muchos de los grandes temas sociales en el país son atravesados de alguna manera por la falta de educación y apertura a la información sobre sexualidad. Nos puede jalar la fuerza de los brazos de la sociedad para hacernos actuar de la misma manera, de seguir perpetuando machismos y violencias contra lo que se considera diferente u ofensivo.

Debemos insistir en que el pudor, la ignorancia y la doble moral se queden fuera de la cama, porque son características que ya no deberían tener cabida en la vida sexual de los mexicanos.

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Hikuri. El brinco del venado azul.

Luego de la llegada de los españoles a territorio mexicano, el cronista Fray Bernardino de Sahagún, al tener conocimiento de esta planta, aseguró que el peyote era un alimento común entre los chichimecas, ya que les daba energía y coraje para luchar y no sentir miedo, hambre o sed, como un escudo contra cualquier peligro. Incluso desde la visión europea de los conquistadores, esta planta era una “raíz del diablo”.

En realidad, para la cultura wixárika o huichol, el peyote se llama hikuri. Muchos les siguen llamando huicholes a los wixárikas, y conocen el peyote por asociación con esta cultura, que se ha diseminado por las zonas altas entre Jalisco, Durango, Zacatecas, Nayarit, y sobre todo en las zonas áridas de San Luis Potosí. El hikuri es un elemento de suma importancia, que conecta al mundo terrenal con el divino, y provee de conocimiento y sabiduría práctica.

Pero volvamos a la planta. ¿Por qué no tiene espinas como cualquier otra cactácea? Ni siquiera los animales del desierto se le acercan, porque quizá ya sepan de su desagradable amargor. Contiene más de cincuenta alcaloides, de los cuales la mescalina es la sustancia que puede producir mayores efectos alucinógenos, consumida en las cantidades adecuadas.

Estas características exigen respeto. Estando en el desierto se debe pedir permiso, dejar una ofrenda y elevar una oración. Entonces sí, puede dar inicio la búsqueda del peyote, salir en busca de su encuentro. El primero no deberá cortarse, ya que “al brinco del venado” se encuentra el segundo y entonces se puede proceder a la recolección. A fin de cuentas, la parte vivencial será la determinante, ya que los productos químicos que emana este cactus son los que alterarán el funcionamiento del sistema nervioso central.

Los efectos, al igual que la mescalina, pueden empezar entre la primera o segunda hora después de la ingestión, y duran entre siete y diez horas. Si te inyectas la mescalina directamente, hará efecto en veinte minutos. Al estar ya dentro del viaje, viene una primera fase de euforia, para luego dar paso a una etapa contemplativa y de relajación muscular. Si no hiciste nada contraindicado, no hay de qué preocuparse ya que no existen indicios de adicción física o psicológica, y tampoco evidencia de que alguna dosis de hikuri haya matado a alguien.

 

El verdadero peligro es para la planta. Esta especie está en peligro de extinción, víctima de una comercialización clandestina descontrolada, motivada por la demanda de coleccionistas y alucinados. Desde el lugareño ambicioso que ve en el turista incauto e intoxicado la posibilidad de un buen negocio, hasta integrantes de la Iglesia Nativo Americana, que se ha encargado de perpetuar el uso masivo de este cactus entre sus feligreses, tanto en Estados Unidos como en Canadá.

A los integrantes de las comunidades wixárikas se les permite cargar cien peyotes de manera personal para las ceremonias, pero en muchas ocasiones son detenidos por las autoridades y acusados de narcotráfico, a pesar de que hay acuerdos estatales que les dan el aval para poder realizar el transporte y consumo del hikuri con fines rituales. Es indispensable entender esta permisividad, porque es un elemento central entre los wixárikas, que siguen luchando por preservar su modo de vida, su arte y cosmovisión, en medio de los obstáculos que les han puesto desde la conquista, la piratería de sus artesanías y la amenaza a sus territorios por parte de empresas mineras.

Por tanto, si estás seguro de querer vivir una experiencia con el peyote, lo ideal sería que tu cuerpo, mente y alma estén completamente alineados. Debes hacer ayuno, no haber consumido ningún otro tipo de sustancia, incluyendo alcohol; además de garantizar una estabilidad emocional y pureza espiritual, tanto contigo como con la planta. Si no se está en consonancia con la vibración de una planta tan poderosa, entonces lo seguro es que se produzca un choque desafortunado.

De tu responsabilidad y sinceridad dependerá el efecto que puedas experimentar; ya que los psicoactivos pueden ser benéficos y dañinos, terapéuticos o tóxicos, según la persona, el lugar, la cantidad, la manera y el fin con que se consuman. Ahora sí, ve tras el venado azul. 

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Estados Unidos arranca el año con tambores de guerra civil.

¿Una nueva guerra civil estadounidense?

En la segunda mitad del siglo XIX Estados Unidos vivió su guerra interna más importante, en donde se decidió el futuro de una nación que entró a una industrialización acelerada que le dio en las décadas inmediatas el poderío que la ha caracterizado hasta la fecha.

Durante la llamada Guerra de Secesión, 11 estados sureños se separaron de la Unión, con el pretexto absurdo de continuar defendiendo el sistema esclavista.

La polarización ideológica siempre ha estado presente en la Unión Americana, y la diferencia entre los estados confederados del sur y los norteños liberales, de alguna manera, ha seguido permeando la cultura y la sociedad hasta la actualidad.

El 20 de enero próximo tendrá lugar la toma de posesión del demócrata Joe Biden al frente de la Casa Blanca, en medio de la peor crisis de gobernabilidad que haya enfrentado Estados Unidos en la historia reciente.

La atmósfera de desconfianza en el proceso electoral, sumado a la confrontación retórica de Trump al tratar de impugnar los resultados de los comicios, está alentando a grupos específicos para empezar a tomar acciones de desobediencia civil, al no sentir que sus reclamos son atendidos.

Incluso en muchas ocasiones la manera “trumpista” de hacer las cosas ha sido criticada dentro del ala republicana, aunque precisamente esta característica altanera de “decir las cosas como son” le ha valido el respaldo popular norteamericano, hasta dentro de amplios sectores del voto latino.

Tras el vergonzoso acto de la semana pasada, donde grupos de manifestantes entraron por asalto al Capitolio, se encendieron las alarmas. Si bien hasta ahora no hay pruebas de infiltración en los grupos que protagonizaron la avanzada, queda claro que la polarización puede ser el combustible que alimente conflictos mayores en el futuro cercano.

El asalto al Capitolio.

Nunca imaginamos que una turba iracunda podría irrumpir en el Capitolio de Washington, rompiendo puertas, vidrios y mobiliario, y haciendo todo un desmadre sin ninguna razón aparente.

Cientos de manifestantes alcanzaron la puerta del lado este de la sede, la cual era resguardada por elementos de la Policía Metropolitana. Varios de los intrusos arrastraron escaleras abajo a uno de los oficiales, en medio de gritos que pedían que no lo lastimaran, aunque los cánticos de “¡USA, USA!” fueron más fuertes entre la multitud.

Tras este episodio, el Departamento de Justicia anunció que está en búsqueda de al menos 150 sospechosos que participaron en el ataque, iniciado una cacería de sospechosos, rastreando cualquier pista que los lleve a identificarlos plenamente, mientras las agencias siguen lidiando con el fracaso que representa para el gobierno el no haber podido proteger el edificio.

El FBI y otras autoridades están investigando el material grabado que surgió durante el asalto, mediante el cual se empezaron a identificar a ciertos perfiles relacionados con grupos de ultraderecha, defensores de la portación de armas, entre otros. Por supuesto, los memes no se hicieron esperar y ya circulan escenas célebres, como gente colgada en los balcones y mancillando la silla del vicepresidente Mike Pence.

Donald Trump perdió la elección ante el demócrata Joe Biden, dejando a una gran cantidad de personas desilusionadas. La base del voto popular de Trump, sabemos, está en la clase media baja que ha se ha visto amenazada por el crecimiento de las comunidades migrantes y la precarización de las oportunidades laborales. Ah, y también por sus propios vicios.

Esta muestra gráfica de la polarización, del razonamiento construido a partir de los estereotipos, es un síntoma que hace evidente la crisis política del país, que podría seguir agudizándose y enrareciendo en medio de la transición de poderes presidencial.

El resto del mundo parece estar escuchando que el arranque de año en Estados Unidos tiene como fondo el ruido de tambores de una próxima guerra civil, lo que haría posible las fantasías más retorcidas de todos sus enemigos.

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Adiós nieve. El cambio climático arrasa con el turismo invernal.

Lo que el cambio climático le hace al invierno.

Todos hemos padecido los impactos del cambio climático y los eventos de climas extremos en todo el mundo. Vaya, hasta en el patio trasero de nuestras casas lo hemos notado.

En muchos de los destinos de invierno cada vez se presentan más eventos de “todo o nada”, una que otra ventisca, o solo una temporada de puro polvo en lugar de nieve. Los cambios radicales en los patrones del clima han estado borrando las fronteras que marcan el cambio claro de una estación a otra.

Para las personas y comunidades cuyo modo de vida depende de una temporada invernal bien marcada, lo impredecible de la falta de nieve puede traducirse en una caída estrepitosa en sus ingresos, convirtiéndose en un indicador económico contundente de las afectaciones del cambio climático.

Ante los embates del cambio climático, la industria turística invernal podría evolucionar para asegurar su sobrevivencia, cuestionarse cuál es el impacto que causa en cada destino, y qué se debería implementar para promover una economía más responsable sin quitarnos la oportunidad de disfrutar de las actividades en lugares nevados.

La industria del turismo invernal amenazada.

Pensemos en que toda la indumentaria como los trajes especiales, abrigos, fibras de distinto tipo y hasta los dispositivos para la práctica del esquí y otros deportes sobre nieve, forman parte de la cadena económica de este sector turístico.

Tan solo la temporada pasada, la cantidad de nieve en la parte occidental de Estados Unidos tuvo una caída de al menos 40% de manera acumulada, que no se presentaba desde principios de los ochenta, afectando zonas típicamente beneficiadas por el turismo invernal, como Colorado y Nevada. 

Con esta caída en los índices de nieve, la temporada de se redujo al menos 34 días, y de acuerdo con proyecciones de las principales agencias inmobiliarias, se estima que para el 2050 el valor de las propiedades en zonas de resorts para esquí, como Aspen y Vail, puedan perder su valor en 15%, debido a que los inviernos tenderán a ser más cálidos.

Esto es relevante y preocupante debido a que industrias como los deportes de invierno contribuyen al menos con 20 billones de dólares a la economía estadounidense cada año, y la mayoría de ese gasto se registra justamente en los resorts para esquí.

A pesar de las prácticas sustentables que implementan muchas de las empresas del sector inmobiliario que son propietarias de estos hoteles de lujo y desarrollos residenciales en destinos de invierno, se está viendo que no son suficientes y que ponen en riesgo la sostenibilidad financiera a largo plazo.

Precisamente, como parte del esfuerzo que hacen las empresas por ahorrar, han incurrido en prácticas un poco cuestionables, como la fabricación de nieve y la compra de propiedades en sitios con mayor cobertura climática y geográfica, dejando atrás los destinos y ubicaciones que ya no les son rentables.

Otras soluciones que se han propuesto es que las temporadas de esquí se hagan más cortas y menos dependientes del factor climático, como una estrategia de negocios que pueda ayudar a bajar el riesgo para las inversiones en esta industria.

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LSD. La revolución psicotrópica viene en pequeñas dosis.

El atasque de los primeros viajes.

Tras diez años de chingarle investigando, en 1943 el químico Albert Hofmann pudo ingerir una dosis bastante cargada de ácido lisérgico y salir a dar el rol en su bicicleta, coronando una hazaña que ha pasado a la historia.

La síntesis que logró del ácido lisérgico fue vendida por la compañía Sandoz como Delysid, un medicamento para tratar problemas psiquiátricos. Padecimientos mentales como la depresión, la esquizofrenia y muchas adicciones empezaron a ser tratadas con LSD a partir de la década de los cincuenta. 

Esto solo fue el precedente para que, ya en la década siguiente, surgiera todo un culto de consumo de este ácido, que alcanzó una popularidad tal que se empezó a crear una mala fama. Finalmente, tras supuestas evidencias del desarrollo de daños mentales permanentes entre los consumidores, se prohibió y su consumo se ha mantenido en la ilegalidad, ya no para fines médicos sino exclusivamente recreativos.

El ácido dejó de pertenecer al mundo de los laboratorios y de las farmacias para estar a la mano de la gente en las calles, creando toda una revolución de acercamiento a los psicotrópicos. Fue un hambre voraz por tener experiencias cercanas a la divinidad, en una atmósfera de libertad, contracultura y música.

San Francisco, en California, se convirtió en el epicentro de este nuevo estilo de vida que se apoyaba en el consumo de drogas, atrayendo a miles de jóvenes con la promesa de pertenecer a algo nuevo, algo que atacaba las ideas establecidas y les daba un nuevo poder que se compartía en el amor.

Mientras algunos pudieron liberarse de las ataduras sociales usando ácidos, otros terminaron en malos viajes con estos alucinógenos, llegando a experimentar sobredosis. El consumo de dosis muy cargadas de ácido requiere de preparación, porque el viaje que te pongas puede llegar a quitarte la mayor parte del tiempo en tu ocupada vida.

Microdosis de amor, microdosis de revolución.

Muchos usuarios aseguran que el LSD les permite redescubrirse a sí mismos, dentro de un proceso que puede desencadenar un cúmulo de emociones. En dosis muy altas, el LSD puede provocar alucinaciones, pero existe el método de administración de microdosis para tener un control más cercano de los efectos de este ácido.

Ha sido una salvación para muchos el poder poner un par de gotas del ácido disuelto en agua, congelarla en cubos y darse un tratamiento de microdosis durante algunas semanas, para después dejar este hábito durante varios meses y así evitar cualquier atisbo de adicción.

Los fines que persiguen quienes han implementado este sistema de microdosis es mantenerse enfocados, relajados y encendidos durante todo el día, sin llegar al terreno desconocido de las alucinaciones.

James Fadiman, investigador y “experto en micro dosis” aseguró que descubrió este método más por error que por conocimiento, y que el propósito no es llegar a una intoxicación llena de alucinaciones, sino el poder mejorar la vida del día a día de los consumidores. 

En palabras de Fadiman, “las micro dosis son la forma más aburrida de consumir psicotrópicos”; así que quedará en ti si decides ir a una guerra psicotrópica de la que no sabes si volverás, o te quedas anhelando el viaje desde el sillón.

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El techno de Berlín sale a protestar a las calles.

Techno y Berlín, uno mismo.

Básicamente la reunificación de Alemania, con el derribo del muro de Berlín, tuvo lugar en la pista de baile, en un ambiente de plena libertad social y personal. El movimiento techno empezó a inundar Europa desde principios de los noventa, con la influencia del sonido que surgió en Detroit, pero encontró en Berlín el lugar perfecto para crecer y crear una escena popular y saludable.

La atmósfera que trajo a la ciudad el derribo del muro tuvo mucho que ver, ya que dejaron de existir los toques de queda y las restricciones. Esto otorgó una oportunidad única para los fiesteros de poder perderse en el anonimato y disfrutar de los beats industriales y repetitivos del techno. 

Así, inició toda una cultura del club, las fiestas espontáneas y el ímpetu de apoderarse de lotes y bodegas desiertos para armar las fiestas. Pero la circunstancia que nos aqueja por estos meses ha llamado a los ravers a tomar las calles.

El coronavirus que amenaza a la noche berlinesa. 

Con el cierre de los lugares de fiesta en casi todo el mundo con la declaratoria mundial de pandemia por el Covid-19, la célebre vida nocturna de Berlín quedó apagada. 

La necesidad de fiesta es incontenible, y las personas que viven de la industria del entretenimiento y los espectáculos en vivo son quienes más han resentido la falta de apertura de los espacios que antes eran su forma de vida.

Apenas en julio de este año, cuando los fiesteros ya no aguantaron más, un grupo anónimo convocó a una protesta flotante sobre el río Spree. No se esperaban más de 100 participantes, pero la convocatoria fue tal que se reunieron hasta 400 embarcaciones y botes flotantes, que avanzaron sobre el canal Kreuzberg para invitar a las personas que estaban en las orillas a unirse a la fiesta y armar el desmadre en tierra firme.

Cientos de clubbers salieron a las calles como una muestra de apoyo a todos los venues que tuvieron que cerrar en la capital germana. Se logró una convocatoria de tal magnitud que las autoridades decidieron terminar con la protesta, donde el distanciamiento social prácticamente se olvidó para dar paso al baile y la cercanía entre los cuerpos.

Si bien la Comisión de Clubes de Berlín se deslindó de la organización de esta protesta, aseguró que las intenciones de quienes la organizaron no fueron malas, y recomendaron seguir los protocolos de distanciamiento social a pesar de que se levantaron las restricciones de aforo en las protestas que se hacen en Alemania.

La amenaza del coronavirus sigue afuera, y la incertidumbre sobre los clubes berlineses no se ha terminado. Es necesario apoyarlos para que cuando podamos regresar, la fiesta siga sonando.

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