Monthly Archives: octubre 2021

Erzsébet Báthory, el terrorismo sexual de la ‘Condesa Sangrienta’.

Terrorismo sexual avanzado

Supuestamente descendiente del mismísimo Vlad Tepes “El Empalador” -cuya vida inspiró el nacimiento de Drácula- la condesa Erzsébet Báthory fue encarcelada en 1610 por presuntamente haber asesinado a cientos de mujeres jóvenes, cuya sangre utilizó para bañarse.

Con este récord criminal, lo que más llamó la atención -y que le valió su apodo de Condesa Sangrienta- fue que asesinó a entre 600 y 1600 doncellas de los alrededores del Castillo de Čachtice, usando métodos terroríficos de tortura con el objetivo de obtener la sangre de las víctimas para bañarse con ella, lo cual según el mito era para perpetuar su juventud.

Las historias y leyendas sobre los asesinatos seriales y todos los asuntos morbosos que se desarrollaban en ese castillo se esparcieron por todo el este de Europa, creando alrededor de Báthory un arquetipo siniestro que posteriormente dio pie a Carmilla, supuestamente la primera historia que retrataba a una vampira lesbiana.

Con ayuda de sus sirvientes, e incluso de su esposo el conde Ferenc Nádasdy, la condesa comenzó a torturar a niñas pequeñas. Alguna vez, su propio esposo -conocido por su sadismo y crueldad en la guerra- le regaló una especie de guante que tenía pequeñas garras de metal que servían para cortar y acuchillar a una víctima, como si tuviera garras de animal.

Pellizcos, patadas, mordeduras fueron solo el inicio del abuso de Báthory contra sus sirvientes y doncellas, pasando después a clavarles agujas en los labios y debajo de las uñas, les cortaba con objetos afilados o les provocaba quemaduras con diversos métodos.

Varios eventos traumáticos, como la pérdida de su esposo, su hermano y dos de sus hijos, desencadenaron un comportamiento en la condesa que comenzaba a rayar en la locura. Comenzó a involucrar a sus sirvientes más cercanos en sus actos criminales, haciéndoles escoger niñas de entre 10 a 14 años para sus propósitos. Garrotes, látigos, dagas, tijeras y fuego fueron sus herramientas para torturarlas.

En su etapa más avanzada de crímenes, Báthory comenzó a involucrarse de lleno en la práctica de la magia negra, de donde aprendió que la sangre noble era la mejor para llevar a cabo los rituales que precisaba. Para satisfacer esta necesidad, fundó un internado para chicas nobles que en realidad funcionó como su fuente de sangre fresca.

Cuerpos mordidos, otros mal enterrados, tirados a los ríos y a los riscos, comenzaron a hacerse evidentes en las tierras dominadas por Báthory, a quien ya no le importaba mucho inventar excusas absurdas para protegerse de las acusaciones de sus súbditos y de la corona húngara.

Con este antecedente, está claro que la condesa entendía su conexión erótica consigo misma solo mediante la perversión, la tortura y el asesinato. La insensibilización de la condesa ante una experiencia sexual “normal” y el hecho de que solo obtenía placer mediante actos extremistas puede sugerir que, en el fondo, la búsqueda era por un poder y dominancia absolutas.

Báthory, del erotismo a la locura.

Expertos en literatura han descrito y analizado que el componente erótico es una fuente de poder propiamente femenino, aunque los hombres lo han entendido mal y lo han usado en contra de las mujeres; es más, incluso lo erótico ha sido tomado como algo trivial, confuso y hasta psicótico.

Bajo esta confusión en el entendimiento de lo erótico como arma utilizada por las mujeres, existe una relación entre la locura y el erotismo que puede verse en el caso de Erzsébeth Báthory.

Lo erótico que se transforma en sinónimo de poder femenino, ha sido entendido desde la visión patriarcal como algo peligroso, y el ejemplo de la historia de Erzsébeth Báthory refleja el miedo patriarcal al empoderamiento femenino mediante lo erótico.

Salirse de la norma, recurriendo a la hechicería y los asesinatos rituales guiándolos hacia lo erótico, alimentó cada vez más la megalomanía de este personaje, provocándole una posible distorsión de la realidad, donde sin importarle la sensibilidad de los demás solo se movió por el deseo de poder y control mediante la violencia y la obscenidad.

Las ideas patriarcales de considerar a la sexualidad femenina como algo peligroso e incluso impuro y al mismo tiempo tentador, se vieron confrontadas por las prácticas extremas llevadas a cabo por Báthory, quizás también dándoles la razón, ya que sin duda su uso del erotismo y la sexualidad la llevaron al extremo de la locura.

La relación del sentido personal de lo erótico por parte de la condesa, y su propio entendimiento del empoderamiento, la llevaron a ejecutar una suerte de “terrorismo sexual” como arma de dominación para asegurar el control de su castillo y de su condado, infundiendo miedo y quizás curiosidad y morbo para otros, con los relatos y rumores que corrían sobre las actividades que ahí se realizaban.

Si bien la leyenda de los baños con sangre de doncellas jamás se comprobó, lo cierto es que sí hubo un juicio contra la condesa y su séquito de colaboradores, cuyas transcripciones pueden consultarse en archivos históricos. No se trata solo de rumores o leyendas al respecto, sino que la historia de este personaje se cruzó con eventos importantes como el resurgimiento del Imperio Otomano.

Te recomendamos consultar la obra de Kimberly L. Craft, abogada e historiadora que ha estudiado por más de una década el juicio contra Báthory y publicado los títulos Infamous Lady: The True Story of Countess Erzsébet Báthory (2009), y The Private Letters of Countess Erzsébet Báthory (2011).

Báthory pasó a la historia como una de las mujeres más infames y malvadas que haya pisado la tierra, una emisaria de Lilith que utilizó el terrorismo sexual para saciar su megalomanía y su locura.

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Las soluciones “terroríficas” para tratar las enfermedades de transmisión sexual en la antigüedad.

La percepción sobre las enfermedades de transmisión sexual.

Los avances en la medicina han sido una de las grandes satisfacciones para la vida de las sociedades modernas. Todos agradecemos el hecho de haber dejado en el pasado tratamientos médicos y remedios que en la actualidad parecerían sacados de una película de terror. 

La historia social sobre las políticas de salud se ha presentado de las maneras más diversas, y es prácticamente algo nuevo que tengamos accesibilidad permanente a tratamientos adecuados en farmacias y hospitales públicos y privados.

Las enfermedades de transmisión sexual han acompañado a la humanidad desde la antigüedad; en los papiros del antiguo Egipto, en la mitología, en las pinturas y esculturas de escenas eróticas, existieron representaciones de estas enfermedades, consideradas en muchos casos como una especie de “castigo divino”.

En la Biblia hay pasajes que delatan el comportamiento sexual de los antiguos hebreos, así como en la literatura griega y romana podemos encontrar sátiras que describen los padecimientos en las “partes obscenas”. Incluso los primeros médicos chinos e indios dieron cuenta de la presencia de enfermedades venéreas en sus tratados, mientras las esculturas de sus templos describían la vida sexual de sus poblaciones.

Hacia la Edad Media, muchos de los médicos y cirujanos europeos y árabes dejaron testimonio sobre las enfermedades genitales que ocurrían en sus comunidades, describiendo la aparición de chancros, erosiones, pústulas y todo tipo de secreciones uretrales y vaginales, así como el tratamiento que emplearon para tratar estos padecimientos.

Con el paso del tiempo, el entendimiento de este tipo de enfermedades comenzó a cambiar poco a poco, y muchos de los aspectos de la manera en que se transmiten y se originan fueron haciéndose más claros solo hasta el final del siglo XIX y principios del XX, teniendo hasta esos años la instauración de la venereología como disciplina encargada de estos asuntos.

Pero antes del avance moderno de la medicina, muchas de las culturas antiguas tuvieron que someterse a tratamientos y soluciones de las enfermedades de transmisión sexual que tenían que tratar por medio de la relación entre dioses, demonios y curanderos.

El terror de ser pecador y sufrir las consecuencias.

El tránsito de una práctica médica teocéntrica como la practicada en la antigua Mesopotamia, a una medicina apoyada en la ciencia ya entrado el siglo XX, fue testigo del surgimiento de tratamientos inauditos para aliviar estas enfermedades, ya que eran atribuidas a la acción de dioses y demonios sobre el comportamiento de las personas. 

De esta manera, los tratamientos consistían básicamente en suplicar a estos dioses y demonios, hacer sacrificios, o dejar todo en manos de sanadores y sabios que debían ejecutar rituales mágicos para exorcizar al enfermo y así aliviarlo.

Observamos con esto que la religión y lo mágico coexistían con la medicina, eran parte de un trabajo complementario, que seguramente no siempre arrojó los mejores resultados. 

Esta relación del pensamiento religioso con las enfermedades de transmisión sexual se ve reflejada desde tiempos bíblicos, donde estos males eran a menudo interpretados como la ira de Dios castigando a los pecadores, generalmente por mala conducta o desobediencia a su voluntad.

Así que, para tratar estos castigos en forma de enfermedad, por ejemplo, la uretritis o la clamidia, los sacerdotes ordenaban a los pacientes mantenerse alejados por al menos siete días, y su vestimenta, la ropa de cama y los vasos en que bebían eran considerados inmundos, por lo que tenía que evitarse el contacto.

Era común que, tras un enfrentamiento bélico contra algún pueblo cercano, los israelitas tomaran a mujeres como esclavas y las trasladaran a sus campamentos. Bajo el mando de Moisés, el tratamiento que se dio a las mujeres que manifestaran algún indicio de enfermedad sexual fue el asesinato, y la cuarentena de siete días para los soldados, algo que en la actualidad parecería terrorífico y difícil de entender.

Es más conocida la vida sexual en la Antigua Grecia, en donde se toleraba la prostitución, la homosexualidad, el lesbianismo y muchas otras prácticas sexuales que derivaron en todo tipo de enfermedades.

Fue la cultura que dio al mundo el legado de Hipócrates, el primero en preocuparse por recolectar casos clínicos y quien acuñó mucho del vocabulario médico que sigue utilizándose. En el célebre juramento que dejó a sus colegas médicos, Hipócrates les aconsejó evitar ser seducidos por las mujeres y esclavos en una casa como parte de la ética que debían guardar.

En cuanto a tratamientos, el médico griego también fue de los primeros en dejar escuela sobre el uso de herramientas como los espéculos, instrumentos utilizados para realizar exámenes y procedimientos en cavidades como el ano y la vagina, aunque al parecer también hay menciones del uso de espéculos en textos antiguos como el Talmud hebreo.

Después, en la Antigua Roma, todo lo conocido en cuanto a medicina y tratamientos para los males relacionados a la actividad sexual fue compendiado en “De Medicina”, texto de Aulo Cornelio Celso, hacia medidos del año 50 D.C. 

Entre algunas de las prácticas que podemos ver en ese compendio, se relata el uso de los tampones de lana empapados de drogas, que eran introducidos por la vagina para tratar distintos tipos de flujos y secreciones, así como la increíble recomendación de una “cama dura” para tratar la gonorrea tanto para hombres como para mujeres.

Los instrumentos rudimentarios y los tratamientos basados en poca evidencia, sin duda hicieron de la atención médica de las enfermedades de transmisión sexual en la antigüedad algo terrorífico para quienes las padecieron.

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Los ruidos terroríficos que rondan por la Tierra

Los sonidos que perturban nuestra calma.

Estar viviendo en tranquilidad dentro de casa puede interrumpirse por un sonido abrupto que nos afecta desde el exterior. Si es un ruido fuerte y que jamás habíamos escuchado sería suficiente para ponernos en alerta y llenarnos de miedo y adrenalina.

Una cosa es cuando nosotros mismos vamos en la búsqueda de esos ruidos extraños de la naturaleza, o que incluso aprovechamos algún accidente natural para crear nuevos sonidos.

Por ejemplo, en Virginia, en las cuevas de Luray, se encuentra en el llamado “instrumento natural más grande del mundo”. Enclavadas en las cercanías de los Montes Apalaches, estas cuevas son conocidas por hospedar al “Stalacpipe organ”, un litófono gigante que utiliza las estalactitas que se han formado durante millones de años para producir música.

Fue Leland W. Sprinkle, un ingeniero electrónico y matemático, quien a mediados de la década del cincuenta del siglo XX visitó esas cuevas y durante más de tres años estuvo buscando las estalactitas que coincidieran con una escala musical. De manera artificial intervino tallando las estalactitas que de manera natural no daban el tono, logrando un conjunto de 37 estalactitas distribuidas a lo largo de las cuevas.

Con más de 5 kilómetros de cables fueron conectadas estas formaciones a una consola de cuatro teclados, para lograr que el sonido del órgano pueda escucharse a lo largo de más de 260 mil metros cuadrados dentro de las cuevas sin usar ningún tipo de dispositivo de amplificación.

Pero algo muy distinto es cuando el estremecimiento de la Tierra libera sonidos que pueden ponernos los pelos de punta. 

La referencia más común es escuchar a los volcanes. Los momentos previos a una erupción o la formación de nuevos volcanes siempre generan ruidos que, cuando son escuchados por las personas cercanas, pueden llegar a generar pánico.

En México, recientemente un grupo de pobladores de las comunidades que se encuentran en las faldas del volcán Popocatépetl han reportado “ruidos extraños” saliendo del interior del volcán. Mediante la infraestructura instalada por Webcams México, recientemente fue captado uno de estos ruidos.

El micrófono de la cámara instalada en el domo del volcán grabó el ambiente a principios de octubre. A lo lejos, se escucha un inquietante coro de ladridos de perros a mitad de la noche, e inmediatamente después se escucha algo parecido a un grito espeluznante, un ruido que proviene directamente del interior del volcán.

Sin dejar de asombrarnos por esto, debemos entender que son procesos naturales que se manifiestan mediante el sonido, como en el caso de la reciente erupción en el Volcán de La Palma, en Canarias, donde la fuerza de las erupciones está arrojando a nuestro tiempo sedimentos del fondo marino de hace al menos dos millones de años y rocas de la edad jurásica, que tiene su propia manera de hacer ruido.

Esto es aquí, a nivel terrestre. Pero ¿qué hay de los ruidos del espacio exterior? ¿Pueden resultarnos tan terroríficos y abrumadores como los de aquí?

El ruido también asusta desde el exterior.

Lo poco que conocemos sobre el sistema solar y el espacio exterior en general ha dejado evidencia de la existencia de ondas de radio que viajan por todo el cosmos. Recientemente se detectaron misteriosas señales de radio de estrellas que, a decir de los científicos, sugieren la existencia de planetas ocultos.

Desde hace tiempo se sabe que los planetas del mismo sistema solar emiten ondas de radio cuando sus campos magnéticos interactúan con los vientos solares; pero no se habían detectado todavía señales de radio procedentes de planetas fuera del sistema solar, lo cual es un avance para la radioastronomía y podría ser el inicio al descubrimiento de planetas por toda la galaxia.

El planeta está cubierto por un manto de ondas electromagnéticas que permiten esta recepción de ondas de radio desde lejos. Es el Sol quien emana ondas electromagnéticas desde su corona, y bombardea la Tierra de manera constante, lo que puede provocar interrupciones en las comunicaciones satelitales, así como en los tendidos de luz eléctrica.

Ante este constante bombardeo, la Tierra cuenta con una magnetósfera que desvía gran parte del viento solar y hace las veces de un escudo protector. Esto se explica en el hecho de que el núcleo de la Tierra está compuesto por metal líquido, lo que la convierte en un enorme campo magnético.

Recientemente algunos científicos aseguraron que la barrera de la magnetósfera de la tierra se comporta en realidad “como si fuese la membrana de un tambor”, ya que al ser golpeada por el viento solar se producen ondas magnetosónicas, mismas que se propagan a lo largo de esta barrera para dirigirse hacia los polos; al final, las ondas regresan a la fuente de origen.

Sumado a esto, apenas hace unos días se dio a conocer que el rover Perseverance -el vehículo explorador enviado a Marte- logró capturar varias horas de sonido en suelo marciano, mientras la sonda BepiColombo reportó que pudo reconocer el sonido del viento solar golpeando Mercurio.

¿Te daría miedo escuchar esas ondas magnetosónicas? El terror sónico está por debajo de la Tierra, en su superficie y en el espacio que nos rodea. No hay nada que temer, solo escuchar.

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¿No te da miedo dejarle el control de todo a Facebook?

Delegar es un peligro.

Como usuarios de las tecnologías estamos acostumbrados a delegar sin mayor cuestionamiento aspectos importantísimos de nuestra vida.

Nuestras contraseñas, fotografías, archivos de trabajo, prácticamente tenemos una vida virtual y digital que ponemos a disposición de los gigantes tecnológicos, que a su vez lucran y controlan ciertos aspectos basados en la información que les proporcionamos a manos llenas.

Como en 2019, cuando Facebook se cayó por más de 24 horas, ahora en 2021 volvemos a tener este recordatorio de que incluso las compañías más poderosas e influyentes en el internet tienen pequeñas grietas que las siguen haciendo vulnerables.

Después de este reciente #Facebookdown las acciones de la compañía cayeron al menos un 4.89%, su peor declive desde el año pasado. Es tan difícil hacernos del control de algo que mejor preferimos dárselo a alguien más.

Aquí en Blow ya nos hemos referido a la ilusión de libertad que nos proporcionan las redes sociales como una nueva herramienta de comunicación, por lo que pensar en la vulnerabilidad que ronda la existencia de estas plataformas nos reafirma la necesidad de ser cautelosos con lo que compartimos y el uso que les damos.

Generalmente buscamos más los objetos con los que interactuamos, ya ni siquiera pensamos en el artefacto de uso, sino un objeto en el que depositamos nuestras certidumbres; el reflejo de sobrevivencia del humano ha sido sustituido por los artificios del smartphone, la computadora del automóvil, la interfaz que nos acerca a la necesidad más apremiante que emerge de nuestro ser.

Porque seguramente ya guardaste los momazos más frescos para compartirlos vía WhatsApp con todos tus allegados; darnos cuenta de que incluso nuestras referencias humorísticas han sido cooptadas por el algoritmo, debería alertarnos de la afrenta al espíritu humano que están enarbolando los gigantes de las comunicaciones digitales.

Los afectados y el miedo a perder el control.

Hasta el momento no hay una postura pública clara de Facebook sobre el problema de raíz que ha ocasionado la caída de sus servicios, aunque versiones extraoficiales aseguran que no parece probable que se trate de un ciberataque, ya que si así fuera no sería posible que se atacaran a todas las apps de un solo golpe.

La estampida de usuarios corrió hacia Twitter y Telegram para elevar sus quejas y lamentos por esta situación, a fabricar memes y a elaborar todo tipo de teorías al respecto.

Pero este corte a quien más afecta sin duda es a los pequeños negocios que han delegado toda su operación en las aplicaciones y herramientas que ofrecen estas plataformas, desde la venta de publicidad y todo tipo de productos y servicios alrededor del mundo, haciéndoles perder la posibilidad de dar seguimiento a sus comunicaciones.

Incluso las nuevas ocupaciones que han surgido, como los streamers de videojuegos y los “creadores de contenido” en general, sufren las consecuencias de delegar su comunicación a una sola plataforma como Facebook, y han buscado otras alternativas para no dejar de hacer presencia ante su base de seguidores y poder seguir cobrando para vivir.

Dentro de la misma compañía, los trabajadores reportaron la parálisis del sistema interno y de sus herramientas, que simplemente dejaron de funcionar. Incluso se han elaborado diversas teorías basadas en declaraciones de excolaboradores de la tecnológica. 

Tal es el caso de Frances Haugen, ex gerenta de producto de Facebook, quien acusó a la empresa de “anteponer las ganancias a la seguridad”, señalando que ante el ascenso de competidores como TikTok, el negocio de Zuckerberg busca maximizar sus ganancias a expensas del bienestar de los usuarios más jóvenes, ya que se ha habilitado la circulación de contenido que afecta la salud mental y física de estas nuevas generaciones.

Por supuesto, Mark Zuckerberg mantiene su versión respecto a que el equipo de integridad cívica de su compañía sigue operando, y que en general la empresa mantiene su compromiso de hacer lo mejor posible frente a las regulaciones que dispongan las autoridades; aunque este nuevo apagón de la red de Facebook haya frenado el lanzamiento de una versión “kids” de Instagram para menores de 13 años. 

Con este reciente #Facebookdown nos bastaron 6 horas para sentir que lo perdíamos todo, que el control de nuestros negocios y comunicaciones se caía, dejándonos más ansiedad de la acostumbrada. 

La responsabilidad debe tener líneas claras cuando suceden incidentes como estos, y deben ejecutarse todos los mecanismos de reparación de daños en consecuencia. 

Pero tampoco podemos dejar que los algoritmos de consumo controlen nuestra estabilidad, porque esa parte sí deberíamos entenderla para evitar caer en el pánico de que alguien más tome el control de nuestras vidas digitales.

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La “historia de terror” que prepara Britney Spears.

Un fantasma sale del limbo.

Acostumbrada a estar envuelta en el velo de los rumores, para muchos de sus seguidores, la última década podría considerarse en sí misma una historia de terror para Britney Spears, quien estuvo bajo la tutela de su padre, y bajo su yugo fue sometida a terapias y tratamientos para padecimientos mentales, dejándole prácticamente el control de toda su vida.

En lo que nos dejaba ver en su Instagram y sus intentos por encontrar un lugar en la pintura, era notorio el grito de auxilio que se mantenía cautivo en sus pulmones, ante la historia de terror que estaba viviendo.

Según reveló recientemente, Britney Spears espera completar la novela en la que narra la historia de una chica que es asesinada y se convierte en fantasma, que logra regresar a nuestro mundo luego de tres años viviendo atrapada en el limbo.

Millones de fans vieron este mensaje en una publicación de Instagram en la cuenta de la artista, y comenzaron a hacer las relaciones entre el argumento que desarrolla la novela y la vida real de Spears, luego del periodo que pasó prácticamente en cautiverio, bajo el control que tomó su propio padre sobre su vida, su carrera y sus finanzas.

Una mano que sostiene una pluma para escribir emerge sobre la superficie cristalina de un lago, como si quisiera abandonar las profundidades para contar su historia. Esa fue la imagen que acompañó el texto de la estrella del pop en su publicación.

El fantasma de la presunta protagonista de esta historia se encuentra atorado en el limbo debido al trauma y al dolor, por lo que está aturdido y no sabe cómo cruzar de nuevo al mundo que ella solía conocer. 

Al lograr cruzar de nuevo a su realidad conocida, la chica se debate entre reunirse con las mismas personas que la asesinaron o crear una vida completamente nueva y diferente. Según señaló en su publicación, dejará a la imaginación de los lectores lo que el personaje hará cuando logre cruzar, además de aprender a escribir su propio nombre otra vez.

Si el proyecto literario en el que la princesa del pop dice estar trabajando llega a ver la luz, será un material más para alimentar la hoguera del escarnio público. No faltarán los biógrafos amateurs que encontrarán vínculos precisos de esa ficción con la vida real de la cantante.

Fuente: @britneyspears en Instagram.

Britney Spears, su propia historia de terror.

El hashtag #FreeBriteney ha cobrado relevancia internacional en varias ocasiones, siendo la última cuando se conoció que -al fin- su padre dejaría de tener la custodia legal y el control sobre su carrera y sus finanzas.

Sin titubeos, la defensa de la estrella pop mundial ha descrito en múltiples ocasiones a Jamie Spears como un hombre “cruel, tóxico y abusivo”. Luego de 13 años durante los cuales su padre tomó control prácticamente de toda su vida, fue el pasado 29 de septiembre que un juez ordenó que Jamie Spears quedaba suspendido de ese rol.

Cubierta en lágrimas y como si fuera un alivio por todo el dolor -como la chica fantasma sobre la que está escribiendo- Britney quedó en shock al escuchar la noticia ya que, según testimonios de personas cercanas, la artista llegó a pensar en que el periodo de yugo de su padre sobre su vida jamás terminaría. “Me siento en la novena nube”, aseguró en su cuenta de Instagram posterior a conocer el veredicto del juez; es decir, plenamente feliz.

Por supuesto, es una experiencia traumática que de ninguna manera es fácil de sortear, debido a las secuelas que eventos como los que ella vivió pueden dejar para la posteridad.

Mediante una carta reciente, Spears se sinceró con sus fans asegurando que luego de haber esperado tanto tiempo y luchado por un resultado satisfactorio en su batalla legal, y una vez que lo consiguió ahora el temor es a “hacer cualquier cosa mal y cometer un error”, lamentando la parvada de paparazzi que no le han dado descanso.

Es una pena vivir en un mundo donde no tenemos la libertad absoluta, lamentó en esa carta, donde insiste en que muchas personas no entienden su realidad e intentan asustarla, “es como si quisieran que cometa una locura”.

Las historias trágicas de figuras tan famosas como Britney Spears siempre serán el insumo necesario para la imaginación del público, para alimentar todo tipo de teorías. No es nada nuevo que a Spears se le haya vinculado con teorías de conspiración, que los fanáticos observen cada fotografía y cada gesto en ellas para elaborar el argumento más intrépido.

¿Suena un poco predecible su historia? Tal vez sí, pero también lo es el comportamiento de quienes estamos a la expectativa por conocer la historia de ese fantasma para dar rienda suelta al chismecito.

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Se acabó el mes del terror sísmico en México.

¿Por qué en septiembre?

Pensar en la idea de un terror sísmico podría sugerir una etapa del “horror cósmico” de Lovecraft; como si la inefable deidad Cthulu fuera emergiendo con lentitud desde las profundidades marinas e hiciera temblar la tierra cuando salen sus tentáculos a la superficie para tocar el suelo.

Son muchas las imágenes y explicaciones que todos nos hemos planteado y teorizado al respecto cuando se presentan temblores tan seguido y tan fuertes. No concebimos que en un mes particular e incluso en días específicos las placas tectónicas hayan decidido hacernos saber que necesitan moverse con fuerza.

Por supuesto, no hay una explicación científica que determine el por qué han ocurrido los movimientos telúricos de esta forma, ya que son un fenómeno impredecible. Pero, aun así, para los mexicanos septiembre sigue siendo considerado como “el mes de los temblores”.

Desde el fatídico sismo del 19 de septiembre de 1985, que dejó decenas de miles de víctimas, hasta el recordatorio más reciente del 19 de septiembre de 2017, que cobró otros cientos de almas y nos dejó con miles de damnificados, el terror sísmico se instauró en la mentalidad de los mexicanos, sobre todo en la Ciudad de México.

Esta sensación de terror volvió a presentarse el pasado 7 de septiembre de este 2021, cuando un sismo de 7.1 grados sacudió nuevamente la capital del país, exactamente el mismo día cuando en 2019 también se registró un fuerte movimiento de 8.2 grados, preámbulo al que se registró ese mismo año tan solo 12 días después y que sí cobró vidas.

Pasado este sismo más reciente, para muchos fue inevitable esperar que se presentara otro sismo fuerte en los próximos días, pero esto no ocurrió todavía.

En realidad, como autoridades del Servicio Sismológico Nacional y de la UNAM han explicado hasta el cansancio, los sismos no pueden predecirse, y tenemos suerte de que los sistemas de sensores sísmicos actúen y nos alerten algunos segundos antes de un evento superior a los 5.6 grados.

Es comprensible que para muchos la alta incidencia de sismos potentes pueda ser considerada como una “señal”; desde las interpretaciones religiosas de que “se acerca el final de los días”, hasta los defensores de teorías de conspiración que aguardan por el exterminio de la raza humana a manos de una raza superior de reptiles, o la llegada de seres de otros planetas.

Por lo pronto, podemos dejar de pensar que “septiemble” es el mes de los sismos, porque en realidad y de acuerdo con los registros, es otro el que tiene ese récord.

El terror sísmico y las señales de algo más grande

Cuando el pensamiento colectivo no encuentra una explicación científica que le haga sentido, aflora en él la tendencia a “mirar las señales”. 

Luces en el cielo, cargas energéticas, movimiento de los astros, fenómenos políticos y sociales; todo suma para tratar de entender por qué ocurren eventos sísmicos, como si necesitáramos saber por qué se nos está castigando de esa manera.

Hay quienes ven en la desmoralización de la sociedad, -supuestamente reflejada en la legislación sobre la permisividad del matrimonio entre parejas del mismo sexo, la despenalización del aborto, entre otras iniciativas- la causa principal por la que se está acelerando el fin de este mundo.

La declaratoria mundial de pandemia y eventos como los grandes terremotos y otros fenómenos naturales enfatizan en una porción considerable de la población la tendencia a estos pensamientos de orden mágico o profético.

Los simpatizantes de las teorías de conspiración aprovechan cada evento sísmico para enarbolar todo tipo de explicaciones, mediante las relaciones de causas y efectos más inverosímiles, haciendo cuadrar todo para demostrar su argumento.

La supuesta existencia de HAARP como un gran mecanismo capaz de provocar desastres naturales en cualquier punto del planeta, así como la instalación de las redes 5G en varias latitudes ha incrementado el terror y el temor entre quienes no se han detenido a analizar cuidadosamente esas aseveraciones.

Algunas autoridades científicas han descartado que septiembre sea el mes de los sismos en México, ya que, de acuerdo con los reportes históricos del Servicio Sismológico Nacional, en los últimos 121 años ha sido el mes de diciembre en el que más sismos de fuerza considerable se han presentado. 

En los meses de diciembre se han registrado 12 eventos de consideración, mientras que septiembre se queda en segundo lugar con 11, seguido del mes de junio en cuanto a incidencia de sismos en el país. Así que no, septiembre no es el mes de los sismos y solo es nuestra predisposición lógica por las experiencias que nos han tocado vivir.

La temporada de lluvias tampoco es un indicador de la eventualidad de un sismo, ni mucho menos el cambio climático tiene una correlación directa con los terremotos. Desde las disciplinas científicas se sigue estudiando para afinar los instrumentos de medición, recomendar mejores métodos de construcción y organizar a la sociedad civil en los protocolos adecuados, para contrarrestar los rumores que cunden en el ideario popular.

Si pensaste que cuando septiembre terminó la amenaza desapareció, ahora sabes que es diciembre el mes de mayor incidencia telúrica. 

No te paniquees cuando escuches un ruido similar al de la alerta sísmica y empieces a ver todas las señales de un inminente fin; debes mantener la calma para no sucumbir ante el terror sísmico.

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