Monthly Archives: noviembre 2021

Meta, el universo virtual más allá de Facebook.

Meta, más que un nuevo nombre.

La decisión de Facebook de poner por debajo su nombre tan presente en el ideario colectivo en favor de un sufijo de origen griego (meta = más allá) no debe verse simplemente como un movimiento de marketing digital, porque representa un enfoque ambicioso con la intención crear una nueva realidad.

Si bien un adelanto de este “metaverso” puede experimentarse dentro de las comunidades gamers con la creación de avatares y escenarios específicos en el mundo virtual, la idea de Meta va más allá de un simple “rebranding” en términos de marketing digital, y apunta justamente a la creación de esta nueva realidad construida encima de la realidad tradicional.

Quizá de manera aleatoria, no relacionada e inconexa con cualquier sospecha, el nombre que eligió el CEO de Facebook, Mark Zuckerberg para renombrar sus emprendimientos tecnológicos, significa “muerte” en hebreo, como curiosamente señaló en días recientes un artículo del The Jerusalem Post. No hay que alarmarse, es una explicación posible y un dato curioso.

A muchos sorprendió que Zuckerberg haya anunciado que Facebook dejaría de ser lo que es para convertirse en “Meta” a partir de ahora, ya que es conocido el tamaño de una empresa como Facebook, y es inevitable pensar en las razones que motivaron a este gigante a cambiar radicalmente su nombre.

La sorpresa se suma al timing con el que fue liberado el anuncio -justo en vísperas de Halloween-, por ser de manera irónica fechas donde se celebra la muerte, aunque seguramente es una coincidencia que no obedece a estudios de mercado ni estrategias de marketing…

Como salido de alguna novela distópica de ciencia ficción, el concepto Meta es más que solo un nombre, y parece aludir a un “metaverso”, un lugar/no lugar donde se desdoblan nuestros hábitos de consumo digital mediante aplicaciones, para darnos una perspectiva más profunda, que puede tener consecuencias ya no solo en nuestro día a día común y corriente, sino también en el nuevo mundo virtual que está gestándose.

Más allá de la conspiración.

El nuevo concepto de Meta está confeccionado para capturar toda la experiencia de uso de las aplicaciones de Facebook y llevarla a un nivel mucho más invasivo a la privacidad, lo que ha levantado legítimas dudas e inquietudes. En donde unos ven un paso lógico de la incorporación tecnológica a las profundidades del ser, otros tienen miedo porque ven el terror detrás de Meta.

Al tener en custodia la información personal, de consumo y de intereses más grande del mundo, Zuckerberg está construyendo algo real, algo con un plan estructurado que pareció encontrar rumbo desde 2014, cuando Facebook concretó con 2 mil millones de dólares la compra de Oculus, una compañía de realidad virtual con cuyo potencial “podrían hacerse posibles experiencias imposibles”.

Oculus, al destacarse como el desarrollador de hardware de realidad virtual más avanzado y propositivo en el mercado, sedujo a Zuckerberg para intentar llevar su idea de un “metauniverse” a bases más sólidas.

La propuesta que se vislumbra es la de un mundo de conectividad total y permanente, donde cualquier servicio que se oferte estará filtrado por la compañía central (Meta), creando una especie de internet alterno dentro del cual podrá excluir o incluir a compañías de la competencia -como Google- en una suerte de visión corporativa paranoide.

Con un peso determinante la inteligencia artificial y los algoritmos serán los constructores de nuestra vida e interacciones en el mundo de Meta, en una realidad transhumanista, replegada a una zona en donde la humanidad entendida como normal ahora tendrá otra manera de presentarse y de ser vivida.

Una vida virtual en donde todos cuenten con la posibilidad de evitar la dura realidad física, a pesar de ejemplos contradictorios, como las acusaciones contra Instagram por ser “tóxica” para los adolescentes. Es parte de la solución que propone culpar a la penetración de las redes sociales de problemas que son mucho más profundos en la sociedad.

Nueva realidad, nuevos comportamientos.

No es que nos resulte algo nuevo el reconocer que el uso que le damos a las herramientas tecnológicas no siempre es el mejor.

La facilidad con la que Facebook ha conectado a generaciones enteras con la información y los productos de manera directa ha permitido que veamos cómo se forma un nuevo comportamiento social dentro de esta red.

Ya se demostró que una caída en los servicios de Facebook puede desencadenar afectaciones y pérdidas reales de los consumidores que han delegado sus canales de comunicación y negocios a los servidores de Mark Zuckerberg. ¿Cómo garantizará la experiencia de Meta que esto no vuelva a ocurrir?

Después de la “nueva normalidad” que se ha colocado como un mantra en la opinión pública a raíz de la pandemia, puedes comenzar a ver los intentos de imposición de ciertas medidas como los llamados “pasaportes sanitarios”, y distintas restricciones a la vida que llevábamos con anterioridad.

Para salir del sombrío y desesperanzador mundo postpandemia, la opción de crear una nueva identidad online y abrazar el metaverso estará a nuestra disposición. 

Los temores a la supuesta implantación de chips, la transición hacia la tecnología 5G y otros temas que siguen siendo estigmatizados bajo la lógica científica, serán simplemente una opción que podremos tomar o no; mejor será irnos a nuestro mundo creado en Meta a vivir nuestra otra realidad.

Si se piensa de esta forma, como ha sugerido recientemente el filósofo coreano Byung-Chul Han en su nuevo libro, estamos en el umbral de una nueva “religión tecnológica”, en donde el “like” puede ser tomado como el “amén” que tejemos mediante nuestro smartphone, que funcionaría como un rosario.

La vigilancia del contenido y la monetización del mismo con publicidad han sido el modelo de crecimiento de Facebook, y el surgimiento de un universo virtual más potenciado con Meta que requerirá datos biométricos y controles más estrictos, solo augura una nueva era de artificios.

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Micetismo, el riesgo de entrar en el reino de los hongos.

Fungi, el reino desconocido.

Acuérdate de Alicia en el País de las Maravillas, donde Lewis Carroll plasma a través de sus personajes los efectos del consumo de sustancias psicoactivas presentes en los hongos alucinógenos. Todo muy colorido y lleno de situaciones surreales e inspiradoras, pero no nos enseñó nada sobre las realidades del reino fungi, el reino de los hongos.

Se trata de un mundo con su propia lógica, donde se mezclan características vegetales y animales, hibridaciones, y se clasifican ya sea por la morfología de sus fructificaciones (si son en forma de seta, moho, o simbiontes que nacen en plantas, etcétera); o por el tipo de toxinas que producen, de acuerdo con los órganos y sistemas que llegan a afectar.

Los hongos han sido estudiados desde diversas perspectivas, tanto por su forma de alimentación como su reproducción y propagación. Por supuesto, seguramente los conoces más por las historias de los efectos psicoactivos y alucinógenos que podemos obtener mediante su consumo.

Los hongos del género psilocybe se encuentran en más de 200 especies, y poseen una sustancia activa llamada psilocibina. Al menos 54 pueden encontrarse en México, usados como alucinógenos por culturas ancestrales y a lo largo de la historia, donde artistas y pintores los han usado para “aumentar la creatividad” y llegar a estados alterados de conciencia en búsqueda de un mensaje.

Al consumir psilocibina ésta pasa por la mucosa intestinal, donde se le quita el fósforo y que la transforma en psilocina, un metabolito que llega al cerebro y empieza a prevenir la captura de serotonina, lo que aumenta su actividad.  Así, percibimos con mayor intensidad cualquier estímulo, llegando a la alucinación, que pueden ser visuales, auditivas o místicas, que duran de 3 a 8 horas y si bien no siempre son placenteras, estas sensaciones pueden durar más por la alteración de la percepción del tiempo.

Desde las neuronas piramidales, empieza a dirigirse información a las distintas cortezas cerebrales, afectando el tacto, la vista, la temperatura y otros aspectos, provocando una sobrecarga sensorial y terminando en un efecto psicodélico.

Micetismo, la intoxicación por consumir hongos.

Las intoxicaciones con hongos suelen derivar de la ignorancia y la confusión, y se estima que entre el 0.3 y el 8.3% de los jóvenes de la Unión Europea han consumido alguna vez hongos alucinógenos.

A esta intoxicación se le llama micetismo, que no es otra cosa que la serie de síntomas asociados con el consumo de hongos venenosos, que puede presentarse desde un ligero dolor de estómago hasta una dolorosa muerte. 

No es difícil darse cuenta en grupos de Facebook que abundan publicaciones donde personas preguntan por algún hongo y son alentados a consumirlos, pasando por encima de cualquier ápice de cordura y evidenciando una falta de interés tremenda en conocer la realidad del reino de los hongos, buscando solamente satisfacer la necesidad de vivir una experiencia alucinante.

Nuestra advertencia es clara: si no sabes identificar los hongos, no te metas con ellos. Durante seis horas podrías tener deshidratación, náuseas, vómitos, diarreas, entre otros síntomas. En los días posteriores aparecerán secreciones y piel amarilla, la pérdida de funciones cognitivas, así como insuficiencia hepática agravada.

Existen intoxicaciones con periodos largos de incubación de más de seis horas; o cortos, menores a seis horas. Claro, el micetismo se clasifica dependiendo del principal órgano afectado por los hongos que se hayan consumido, que pueden ser hongos hepatotóxicos que atacan al hígado, hongos que irritan el tracto gastrointestinal, hongos nefrotóxicos que van contra los riñones, y los hongos neurotóxicos que afectan las capacidades del cerebro.

El hecho de que un hongo afecte de manera directa un órgano no implica que los demás no van a verse afectados por la ingesta. La amanita phalloides es considerado el hongo más tóxico a nivel mundial, el causante de la mayor cantidad de muertes ya que el sombrero de este hongo posee una dosis letal para el ser humano. 

Formas de tratar el micetismo.

En realidad, muchas de las intoxicaciones por hongos pasan desapercibidas por el sistema inmunológico, ya que las toxinas que contienen tardan mucho en ser metabolizadas por su bajo peso molecular, que no genera una respuesta importante.

Al igual que con las afecciones y lesiones, los tratamientos varían dependiendo del hongo consumido, lo que hace necesario saber qué hongo fue el que se consumió para determinar la atención a la persona intoxicada.

Se puede administrar carbón activado o realizar lavados gástricos en la primera hora posterior al consumo. En intoxicaciones por hongos hepatotóxicos es indispensable intentar eliminar la toxina lo más rápido posible, ya que la tasa de mortalidad es muy alta en estos casos.

Otras técnicas involucran hemodiálisis, y para intoxicaciones del tracto gastrointestinal el cuadro no persiste más allá de unas cuantas horas, por lo que se recetan antiinflamatorios y analgésicos, mientras que en hongos nefrotóxicos es necesario el huso de hemodiálisis y en casos más graves hasta un trasplante de riñón.

Si bien es cierto que en los últimos años diversas investigaciones han planteado el futuro del uso de sustancias como la psilocibina para tratar adicciones, el trastorno obsesivo compulsivo e incluso ciertas manifestaciones de la depresión, todavía son intentos que están en etapas de desarrollo.

La ignorancia seguirá siendo el mayor obstáculo en el tratamiento del micetismo; porque, aunque existe un potencial efecto curativo en los tratamientos a base de hongos, LSD o DMT para tratar depresión clínica, bipolaridad y esquizofrenia, no faltará el adelantado que se inyecte té de hongos para curarse la depresión y tenga que ser atendido por una infección de hongos y bacterias en la sangre.

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Bauhaus, el miedo de no volver a verlos en México.

Nace el culto a Bauhaus.

Puede ser que algunos al escuchar ‘Bauhaus’ piensen de inmediato en la escuela alemana modernista de arte y diseño. Otros tantos van a pensar de inmediato en los padrinos ingleses del rock gótico que volvieron a reagruparse por allá de 2008 tras años de ausencia.

Bauhaus sin duda son una de las bandas icónicas del rock gótico y el post punk, uno de los referentes en cuanto a la música oscura que se ha esparcido por todo tipo de ritmos y escenas en todo el mundo. Con “The Hunger”, uno de los filmes sobre vampiros más referenciados dentro de esta subcultura, el aura que rodeaba al sonido de esta banda comenzó a hacerse más intensa, irradiando un éter oscuro que envolvía todo.

Fue así que comenzó el culto a Bauhaus, apoyados en su propia percepción sobre su sonido, encontrando similitudes con el movimiento artístico alemán de arte y diseño, en el sentido de que su música trató de ser una síntesis simple y funcional, sumando la yuxtaposición de su imagen glam y vistosa, heredada de la influencia de David Bowie y el punk de los 70’s.

Fieles a su lógica interna y su propuesta estética, la banda inglesa siempre suena concisa, directa, sin adornos innecesarios y moviéndose con libertad entre las sombras del escenario para crear su sonido puro.

La autenticidad de la banda es la que los ha convertido en el referente de una escena, a pesar de que ellos mismos renieguen de la ociosidad de querer definirlos o encasillarlos; de acuerdo con Daniel Ash “no es saludable intentar identificar a Bauhaus, porque no somos una banda indie, ni mainstream, tenemos algo que nos hace únicos”.

El preámbulo.

Se trata del regreso a la actividad luego de casi dos años sin conciertos, aseguró Peter Murphy, el vampiro que encabeza a esta banda: “es la primer gira y show desde que paramos por la pandemia, hace casi dos años”.

Daniel Ash, David J y Kevin Haskins, la formación original, acompañó a Murphy para el regreso en vivo de Bauhaus. Durante la conferencia de prensa que ofrecieron a medios, recordaron su última visita al país, ocurrida en 1998. 

Durante esa icónica presentación en el lúgubre Cine Ópera, en la colonia San Rafael, los fans se amotinaron para dar el clásico “portazo” y prácticamente acabar con las instalaciones del viejo cine: “pensamos que se vendría todo abajo y había una energía enorme, que es lo que nos gusta de México”, afirmó Murphy. 

Para esta nueva visita al país, el escenario fue el Parque Bicentenario, en la zona de Refinería, al aire libre y con todas las medidas de seguridad para mantener al mínimo la posibilidad de contagios por coronavirus, en lo que se pudo ver como parte de la nueva realidad de los conciertos en vivo.

Soriah fue el encargado de iniciar la ceremonia con sus dotes chamánicos y su atmósfera mística, para después dar paso a Automatic, banda de post punk que puso a tono a los asistentes dándoles la sensación de estar en un festival, con sus baterías contundentes y sus bajos poderosos, siendo los proyectos que se encargaron de alimentar la atmósfera de oscuridad para esperar la aparición estelar de Bauhaus. 

Créditos a quien corresponda

El miedo del último Bauhaus.

Por suerte, nos tocó ir al concierto del domingo y evitamos el bochorno del sábado cuando un “fan” desubicado se subió al escenario para intentar obtener una selfie con Murphy cuando sonaba la célebre y esperada “Bela Lugosi’s Dead”, acción que desconcertó a la banda y molestó al público, en un acto que manchó la presentación perfecta de la banda.

El escenario al aire libre lució oscuro al caer la tarde, sin pantallas gigantes de por medio, todo lo que tuvimos enfrente fue el escenario y la iluminación esporádica en cada uno de los temas de Bauhaus.

El setlist que prepararon para este par de presentaciones dejó satisfechos a los fans, que pudieron corear algunos de los clásicos esperados como “Bela Lugosi’s Dead”, “Kick in the eye”, “Dark Entries” o “Stigmata Martyr”, y además un encore con covers que pocos esperaban pero que resultaron el broche de oro perfecto, como el mítico “Ziggy Stardust” de David Bowie.

La banda entregó un sonido preciso, envolvente, destacado con la voz de Murphy que sigue intacta en esa sensación que otorga, como si se levantara desde huecos y cavernas debajo de la tierra y apenas se asomara a la superficie, en plena noche bajo la luz de la luna.

Así cerró la que quizá sea la última presentación de Bauhaus en México, dejando la sensación de un cierre de ciclo y la apertura de otro, con bandas nuevas que se abren tanto a la experimentación como a la defensa de etiquetas como el rock gótico, el post punk y el darkwave, propuestas que siempre tendrán en su esencia mucho de lo que ha hecho Bauhaus.

Tenemos que afrontarlo. In the flat field, su disco de 1980 acaba de cumplir 41 años de su salida y varios de sus éxitos siguen sosteniendo la carrera en vivo de la banda, que no han sacado material nuevo desde 2008. Aunque nos de miedo, la posibilidad de no volverlos a ver en México es latente.

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De paseo por los inframundos, del Mictlán al Naraka.

Mictlán, el inframundo mexica.

El Mictlán es el símbolo mítico del eterno descanso para los muertos dentro de la cultura mexica, que en realidad es la etapa final de un recorrido por nueve sitios hasta llegar a la morada de Mictlantecuhtli y Mictecacíhuatl, el señor y la señora de los muertos. Se supone que es un viaje de cuatro años para llegar al Mictlán, llegando a la penúltima estación acompañados de un perro pardo para cruzar el río hacia la otra dimensión.

El arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, encargado del Proyecto Templo Mayor, ha reconocido que el destino final de las “esencias” (no “almas” como se concibe desde el pensamiento cristiano), se determinaba entre la cultura mexica por la forma de morir, y no depende del dilema sobre si la persona fue buena o mala.

Si se era un guerrero caído en alguna batalla, una joven mujer que perdía la vida durante su primer parto, o un niño arrebatado por algún accidente o fallecido dentro del vientre materno, estas esencias tendrían destinos distintos, de acuerdo con las circunstancias de su muerte.

Entre el Seol y el Hades.

Dentro de la biblia existen más de setenta menciones a los términos sche’ohl o háides, en hebreo y griego respectivamente, para hacer alusión a la muerte.

Con frecuencia han sido confundidos ambos términos, porque no solamente aluden al sepulcro, a los cementerios, a las tumbas o fosas comunes, sino a “algo más grande, que no tiene límites”. Se refiere más a un lugar simbólico en el que la mayoría de la humanidad dormirá el sueño de la muerte para después ser despertados a la resurrección.

Contrario a las versiones maniqueas que aparecen en la liturgia cristiana y católica -donde los pecadores van al infierno y las personas buenas al cielo-, la Biblia señala que el Seol es un lugar relacionado con la muerte de la cual se puede resucitar, donde están adoradores del Dios bíblico y también quienes no lo adoraron, asegurando que habrá resurrección “así de justos como de injustos”.

De Hel al Valhalla.

Dentro de la mitología nórdica, el Valhalla -o Valhöll- se representa como el lugar de descanso de los guerreros que murieron sirviendo al dios Odín. Descrito como un palacio desbordante de hermosura techado con escudos, funciona como una estación donde los guerreros caídos en batalla esperan su turno para el Ragnarok, la gran guerra del fin del mundo a la que convocará Odín.

En realidad, el Valhalla solo sería el salón de muertos para Odín y no representa todo el inframundo que imaginaron las culturas nórdicas. 

Hel fue el nombre que se le dio al mundo de los muertos, pero también se usó esta palabra para nombrar a la diosa de la Muerte. En las distintas secciones del Hel -también referido como Niflheimr- podrías encontrarte costas llenas de cadáveres, un castillo repleto de veneno de serpientes para castigar a adúlteros, violadores y asesinos, además de dragones alimentándose de la sangre de los pecadores.

Estas visiones son el reflejo del pensamiento nórdico para tratar de asimilar las dimensiones que tiene la muerte. Al igual que en la mayoría de las culturas, el más allá es complejo de pensar y se expresa de múltiples maneras.

Naraka, el inframundo budista.

Siendo un vocablo procedente del sánscrito, Naraka hace referencia a la idea del mundo de los muertos dentro de varias ramas del budismo y el hinduismo.

Existe la creencia de la existencia del nirvana para quienes vivieron sin apegos, un estado de paz completa y libre de sufrimiento; los que no rompan la cadena en vida, llegarán al Naraka, equivalente al infierno.

Yamma, el dios del Naraka, estará administrando los castigos de acuerdo con el karma de cada recién llegado. Si bien en el budismo no se cree en un castigo eterno, los visitantes del Naraka estarán ahí de acuerdo con su carga karmática y cada castigo tendrá distinta intensidad y nivel.

Por ejemplo, si hubo relaciones sexuales con personas de distinta casta, esto se castigaría en el Naraka teniendo que abrazar una estatua de hierro al rojo vivo; o si una esposa engañó a su marido sería tirada a un abismo una y otra vez; o bien si un funcionario usaba su puesto para obtener beneficios indebidos sería sumergido en un río de sangre, orina y excremento.

No importa a qué inframundo vayas. Todo viene y se va, y mientras más rápido entendamos este principio disfrutaremos nuestro ser momentáneo, porque ningún estado del ser, aquí o después, es eterno. 

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