MDMA, disparador de la emoción del amor.
Las emociones son una parte fundamental para la construcción de la personalidad y para encontrarle un significado a nuestras vidas, aunque muchas veces tratamos de encerrarlas o mantenerlas a raya; cuando esto ocurre, siempre hay sustancias disponibles que nos permiten liberarlas, aunque no queramos, como el caso del éxtasis.
De hecho, nuestras experiencias de vida siempre están marcadas por las emociones que nos conectan con el mundo que nos rodea, a pesar de la persistencia de un impulso que nos mueve a negarlas, a querer priorizar la razón y el intelecto sobre lo que en realidad estamos sintiendo por dentro.
Esta negligencia emocional es la respuesta de nuestro sistema para evitar mostrarnos vulnerables por el hecho de exponer nuestras emociones, debido al alto riesgo de incertidumbre que existe cuando las emociones internas se liberan en el mundo exterior. A ninguno nos gusta mostrar algo que no queremos que vean.
Entonces, el uso del MDMA es una oportunidad de encontrar un espacio en el que las emociones como el amor pueden compartidas sin reparos de ningún tipo, en donde la empatía y el amor pueden entregarse y donde las incertidumbres se evaporan.
La construcción de la burbuja en pareja.
La filósofa y psicóloga Katie Anderson, de la London Southbank University, inició en 2016 una investigación sobre parejas que consumen éxtasis de manera regular como parte de la convivencia en su relación afectiva, describiendo este fenómeno como una “burbuja emocional”.
El MDMA tiene efectos directos en las personas, desde sus afectaciones a la química cerebral, las reacciones inmediatas a la salud y la generación de experiencias; pero los efectos de largo plazo todavía son poco conocidos.
Podemos pensar más allá de estos efectos inmediatos y en sus consecuencias para la salud de los consumidores, pero puede ser interesante tener en cuenta cómo el consumo de éxtasis impacta las conexiones que se crean en las dinámicas sociales de individuos y pequeños grupos, desde el círculo de amigos cercanos hasta con los asistentes de una fiesta masiva.
Pero al pensar en las parejas consumidoras pocas veces se ha investigado al respecto, siendo que uno de los efectos de comportamiento que puede tener el MDMA es elevar exponencialmente las sensaciones de apertura y empatía emocional. ¿Realmente estas parejas pueden trasladar estos efectos a su relación del día a día, más allá del rush durante el consumo?
La doctora Anderson condujo su estudio mediante el seguimiento de los casos de diez parejas consumidoras, diseñando entrevistas semiestructuradas que seguían una guía de preguntas, pero que al mismo tiempo dejaron espacio para que las parejas pudieran expresarse libremente.
Al momento de procesar los datos recabados en su investigación, encontró que las parejas describieron experiencias que hacían pensar en que una “burbuja emocional” se había formado a su alrededor cuando consumieron MDMA. Dentro de la burbuja las parejas encontraron un lugar seguro para mostrarse vulnerables y expresivos, con mucha más sintonía con sus propias emociones, lejos de tristezas, miedos, enojos o preocupaciones.
En el caso de estas parejas, el sentimiento de amor se magnificó durante las experiencias con MDMA, como reflejo del efecto de poner encima las reacciones positivas y las negativas por debajo; esto a pesar de que en esa apertura emocional pueden aparecer confesiones como una infidelidad o cualquier otro inconveniente, pudiendo reventar la burbuja si no de manera explosiva sí con algún impacto posterior.
En estos casos, la experiencia con el MDMA puede servir como un punto para mirar atrás y reflexionar en lo que pasó, si el amor de pareja podrá continuar o no, pero ya no con la carga de culpabilidad sino desde una perspectiva de apertura.
La metáfora de la burbuja funciona para explicar este efecto de la droga, ya que al mismo tiempo es frágil y transparente, nos puede aislar del mundo, pero también pueden vernos desde afuera, y por supuesto, puede reventarse en cualquier momento, dejando solo rastros de la experiencia.