Marihuana sintética, ¿por qué arruinar algo naturalmente bueno?

La marihuana sintética tiene una mala fama muy bien ganada. A veces poco entendida y con efectos que conllevan mayores riesgos que la marihuana natural, nos recuerda que a veces es mejor no alterar algo que es naturalmente bueno solo con el fin de sacar un beneficio económico rápido, engañando a los consumidores inexpertos.

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¿Qué se sabe de los cannabinoides sintéticos?

Pensar en la idea de la existencia de cannabinoides sintéticos puede poner en conflicto a quienes defienden “lo natural” de la marihuana en su estado puro. Pero desde el punto de vista científico puede ser un área fascinante, aunque llena de mitos que son difíciles de echar abajo.

Por la rapidez con que suceden las cosas, incluso para los mismos científicos es complicado mantenerse al día respecto a lo que pasa en este campo, con tanta histeria y paranoia alrededor de su existencia.

Los productos conocidos como “noids”, “spice”, o “chronic” son en realidad drogas de diseño basadas en cannabinoides sintéticos que se utilizan como una alternativa legal al cannabis por sus fuertes efectos, similares a los del THC, y muchos de los estudios sobre ellos analizan sus consecuencias a la salud, con un enfoque particular en la salud mental.

El Dr. Raimondo Bruno, profesor asociado de la Escuela de Medicina de la Universidad de Tasmania y que ha investigado las consecuencias cognitivas que tiene el uso de los medicamentos y las drogas sintéticas, aceptó que es un poco engañoso hablar del tema, porque el cannabis natural deriva de una planta con cientos de componentes activos y no se conoce lo que todos estos componentes pueden llegar a hacer.

En la investigación científica se siguen elaborando propuestas para sintetizar el cannabis con cientos de resultados -que son públicos en muchos casos- y que han tenido aplicaciones para la fabricación de medicamentos en laboratorios. 

Pero esta misma información circula en internet, donde cualquier persona con conocimiento puede tomar esos resultados y llevarlos al mercado ilícito en forma de droga, tal como ha pasado con el desarrollo de las variedades existentes de cannabinoides sintéticos.

Un componente natural sintetizado.

Un componente natural muy importante del cannabis es el cannabidiol (CBD), el cual tiene mecanismos de defensa contra algunas influencias adversas que puede llegar a tener el THC (tetrahidrocannabinol).

Entendiendo la relación entre el THC y el CBD, el primero se une con fuerza a los receptores CB1 y CB2, pero es un agonista parcial; mientras que los cannabinoides sintéticos suelen ser agonistas completos. 

Las sustancias o medicamentos “agonistas” implican que estas se unen a un receptor en el interior o la superficie de una célula produciendo la misma acción que la sustancia que normalmente se une a ese receptor.

Es decir que, mientras el THC es un agonista parcial, los cannabinoides sintéticos son agonistas completos y su uso prolongado puede tener efectos de interacción agonista aditivos o sinérgicos con el sistema endocannabinoide del cuerpo. 

Es por esto por lo que los cannabinoides sintéticos, al provocar una fuerte activación de estos receptores, pueden ser lo suficientemente fuertes como para producir trastornos fisiológicos y psicológicos graves.

Una intoxicación aguda con cannabinoides sintéticos puede comenzar con una taquicardia o disparar un evento de hipertensión, y así pasar a alucinaciones visuales o auditivas y a una serie de efectos físicos que van desde la dilatación de las pupilas, agitación, ansiedad, respiración rápida y poco profunda, náuseas, vómitos, y convulsiones.

Si no le sabes, no le entres.

Bajo nombres comerciales como “Spice”, “Bonzai”, “K2”, “Kronic”, “herbal tea” o “incienso de hierbas”, los cannabinoides sintéticos han generado alerta en países como Estados Unidos y Reino Unido, donde la facilidad para acceder a ellos ha disparado su uso y también sus consecuencias.

Generalmente se consiguen como hierbas rociadas con sustancias sintéticas que imitan el THC, pero que potencian exponencialmente el efecto natural que tiene el THC normalmente contenido en una planta común de marihuana.

También es cierto que muchos medios han tratado al tema con una paranoia e histerias propias de los efectos que ellos mismos están condenando. El riesgo realmente está en las personas inexpertas -generalmente menores de edad- que pueden llegar a ser engañados y estar consumiendo una hierba a la que se le adicionaron sustancias químicas.

Un consumidor regular de marihuana seguramente notará las diferencias en presentación, apariencia, textura al tacto, olor y efecto producido por lo que esté consumiendo, mientras que alguien que apenas es su primera vez es propenso a ser engañado al no darse cuenta ni conocer lo que está consumiendo.

Ese cogollo tan suave y que se ve tan bonito, o ese hash que acabas de conseguir y que lo ves normal pero no huele, quizá te den la peor experiencia de tu vida cuando lo pongas en el bong y le jales. 

En menos de cinco minutos puedes estar intoxicado, sudando, sintiendo que el corazón se te va a salir y quedarte entumido en el sillón con una paranoia que nunca te había dado. Amigo, te han engañado con cannabinoides sintéticos.