Vapeo entre el calor y la humedad.
Si vas a pasarte el verano a un paso de la alberca y vapeando todo el tiempo, te conviene ponerle atención al comportamiento y el desempeño de tu vaporizador.
Cuando quieres vapear en un ambiente húmedo, sientes rápidamente que algo no está saliendo bien, como que no le estás jalando lo suficiente o que la calidad del vapor no es la mejor, así que no sabes si preocuparte demasiado por tu vape o piensas que solo estás exagerando.
Pero es un hecho comprobado, que la humedad tiene un efecto importante en tu experiencia de vapeo, afectándola de diferentes maneras.
La temperatura ambiental es un factor a tener en cuenta porque puede provocar que el dispositivo se ponga pegajoso. Obviamente, mientras más calor haga en donde te encuentres la apariencia del líquido en tu tanque se adelgaza y pierde viscosidad, incrementando así la posibilidad de un derrame del líquido.
En estas vacaciones, recuerda que muchos de los destinos de playa habituales durante el verano están expuestos a cambios de temperatura y humedad constante en el ambiente. No dejes tanques ni baterías expuestas directamente al sol, e intenta retomar el control del clima en el área donde decidas vapear, como irte a una habitación con aire acondicionado.
Para que estés al tiro, compartimos contigo algunos de las claves para mantener tu experiencia de vapeo en lo más alto, explicándote distintos efectos que tienen el calor y la humedad en los vaporizadores.
No se trata de que te la pases vigilando la presión barométrica en la atmósfera para saber si tu vaporizador está corriendo un riesgo; sólo pon atención a algunos de los detalles técnicos mínimos en de tu vapeo.
El efecto del calor en los e-liquids.
Otra manera en que la experiencia de vapeo se ve afectada por la humedad puede verse en la viscosidad de los e-liquids, ya que la humedad está asociada al incremento de calor, y esta combinación puede crear diferencias en la composición del líquido, incluso dentro del mismo tanque.
Conforme aumentan la temperatura y la humedad la viscosidad tiende a disminuir, al tiempo que, si cae la temperatura y se alimenta con la presencia de aire más seco, la viscosidad del dispositivo puede aumentar.
Por supuesto, la calidad y riqueza del vapor dependen de la densidad del e-liquid, por lo que estar vigilando el ambiente que rodea a tu vaporizador es clave para tener mejores resultados en la experiencia del vapeo.
Si no cuidas el tanque de líquido se puede derramar, ya que una de las situaciones más comunes es que el vapor caliente toque alguna superficie fría y genere un efecto de condensación, que no es nada más que gotas de residuos de este líquido. Esto lo puede padecer la boquilla del vaporizador, pero la mejor forma de controlarlo es soplar el líquido en lugar de inhalar, haciéndole frente así a cualquier tipo de condensación.
La humedad en el dispositivo para vaporizar puede ser un problema cuando se crea un vacío por los sellos de los tanques de líquidos. Con los vapes, estos tanques tienen sellos específicos, fabricados a partir del plástico y materiales derivados, los sellos crean un vacío que se puede ver paseando en el flujo del e-liquid.
Incluso esta pérdida de cuerpo del e-liquid cambia por completo la experiencia del vapeo, reduciendo la densidad de las nubes que se expulsan, pudiendo incluso provocarte a jalarle con más fuerza y que el líquido termine en tu boca en lugar de vaporizarse.
Además, debes asegurarte de que el tanque está correctamente ensamblado a la resistencia, por lo que antes de vapear cerciórate de que esta resistencia esté bien colocada porque con el paso del tiempo y los cambios de temperatura al activar los mecanismos la resistencia puede ceder y aflojarse.
Recuerda que la mayoría de estos atomizadores están diseñados para no necesitar de herramientas adicionales, así que vigila la fuerza y las técnicas con las que intentes darle mantenimiento a tu dispositivo de vapeo.
