Swinger lifestyle: Las claves del amor compartido.

En la vida sexual de muchas parejas monógamas llega un momento en el que tal vez no están del todo satisfechas, y comienzan a pensar en la posibilidad de cometer una infidelidad para saciar sus deseos. Otras deciden buscar nuevas maneras de llevar y expresar su sexualidad, contemplando el estilo de vida swinger como una posibilidad. Aquí te mostramos las claves del swinger lifestyle, para que pienses si compartir el amor de tu pareja con otros es el camino hacia la felicidad o a la perdición.

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Los inicios del intercambio.

No es que exista registro de un momento específico en la historia en el que haya surgido el primer caso de una pareja que se compartió sexualmente con otra. En las prácticas sexuales de casi todas las culturas podemos ver reflejos de experiencias que involucran orgías, lesbianismo, incesto, bestialismo, incluso pedofilia y prácticas sexuales rituales.

La moral y la ética de cada sociedad son las que dan su consentimiento a que estos gestos de la sexualidad ocurran o no. Sin entrar en polémica, sabemos que la cultura judeocristiana que impera en occidente nos ha hecho ver las prácticas sexuales fuera del matrimonio como algo nocivo y pecaminoso; pero al mismo tiempo, nos consta la hipocresía, la doble moral y las contradicciones que imperan en la realidad. 

Mientras un matrimonio puede aparentar por un lado una vida perfecta y de ensueño, apegada a las buenas costumbres, por otro pueden estar ocultando deseos latentes e incluso incurriendo en prácticas que contradicen su escala de valores. Por eso es por lo que durante décadas el estilo de vida swinger se ha mantenido escondido, como si fuera un secreto vulgar y vergonzoso, aunque cada día hay más apertura a las experiencias de ese tipo.

Si bien hubo algunos clubes secretos durante los veinte del siglo pasado donde se practicaba el wife swapping, la idea de las parejas swinger irrumpió en la cultura popular a partir de mediados de siglo, en buena medida por la fama de los miembros de la Fuerza Aérea de EU, que al parecer compartían a sus esposas, que eran enviadas a bases militares cercanas a los frentes durante la Segunda Guerra Mundial.

En su libro The lifestyle: A look at the erotic rites of swingers, el periodista de investigación Terry Gould apunta que fue hasta el final de la Guerra de Corea que las prácticas swinger se extendieron desde las comunidades militares hacia los suburbios de las grandes ciudades estadounidenses.

Según lo que descubrió Gould, los swingers no son unos desviados ni parias sociales, sino que pueden ser como cualquier otra pareja de clase media con trabajos y familias, que gustan de explorar su sexualidad manteniendo en primer lugar su relación. Muchas veces no se trata de sexo, sino de la pertenencia a una comunidad donde se comparte el sexo y la amistad sin barreras.

Comunicación, clave para compartir el amor.

Cuando las parejas deciden dar el paso y abrirse a vivir una experiencia swinger, es necesario que tengan presente que la comunicación correcta de sus miedos y expectativas debe estar por encima de todo, ya que la responsabilidad debe ser asumida por ambos.

Siempre será distinta la experiencia si la pareja es casada o solo son novios, debido al nivel de compromiso que estaría en juego en caso de que se decida experimentar en este ambiente. No es lo mismo arriesgar toda una vida de matrimonio por un deseo sexual, que ser una pareja de novios jóvenes que solo buscan incrementar experiencias sexuales en su catálogo personal.

Tener en cuenta que llegar a consumar una experiencia swinger es solo sexo es indispensable, porque en el escenario ideal el amor real entre la pareja debe prevalecer, sin darle espacio a los celos, inseguridades, ni a las actitudes posesivas. Las necesidades, límites y acuerdos de cada uno deben estar sobre la mesa.

Como ves, no es nada fácil llegar a la conclusión de que ser swingers es una opción para tu relación, porque ésta debe probar ser sólida si realmente quieres seguir con el vínculo amoroso que has construido con tu pareja; de lo contrario todo se podría venir abajo y llevarte por la senda del dolor y la humillación.

Son pocas las parejas que admiten públicamente llevar el estilo de vida swinger debido a los prejuicios de la sociedad, por tanto, la mayoría de las experiencias siguen ocurriendo en las sombras, ante el temor de ser juzgados por sus familias y entornos cercanos.

¿Cómo vivir la experiencia?

Dentro del mundo swinger existen ciertos códigos que deben respetarse y aceptarse para tener la mejor experiencia posible. No es necesario que pertenezcas a “la comunidad” swinger para poder llevar tu vida sexual como te dé la gana, pero sí te facilitará más las cosas el estar en contacto con parejas que viven plenamente este estilo de vida.

Existen bares swingers, fiestas privadas, casas de encuentros, distintos espacios donde se organizan dinámicas para que las parejas acudan a vivir su sexualidad. Dependiendo de la situación, puedes ir solo a ver y conocer el lugar, sin la necesidad de involucrarte sexualmente con nadie. Si decides acudir a uno de estos clubes lo mejor será que te informes para que no llegues con tu pareja sin entender nada de lo que está pasando. 

Pueden llegar como vainillas (personas primerizas que solo van a ver sin interactuar), y no entender que existen los cuckolds y las cuckqueens (esposos y esposas cuya excitación viene de la humillación por una infidelidad consentida), los bulls (corneadores), las chicas unicornio (chicas bisexuales dispuestas a encuentros), y demás fauna para cumplir sus fantasías.

Si tienen curiosidad no les será difícil encontrar en internet todo tipo de perfiles, foros y grupos donde se comparte y se promueve la libertad sexual. Lo difícil será llevarlo del entorno digital a una situación real, porque es el paso en el que muchos podemos resbalar.

¿Tú cómo le dirías a tu pareja que tienes interés por compartir su vida sexual con otros? ¿Crees que el swinger lifestyle es para ustedes? La próxima vez que estés en el supermercado fíjate si alguna pareja lleva en su carrito una piña volteada y pregúntales cómo les ha ido…

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