Sexo hasta la muerte. ¿Podrías morir mientras haces el amor?

Mientras estás bombeando quizá en lo que menos piensas es en los beneficios físicos y psicológicos que tiene el sexo, aunque es algo que sabes de sobra. Solo quieres ponerla y harías todo por conseguir cualquier oportunidad, incluso hasta morir por hacerlo. Literal.

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En serio, podrías morir mientras lo haces.

El cine nos ha enseñado todo tipo de maneras en las que podríamos morir mientras estamos disfrutando del sexo. Ya sea que tu pareja sexual tenga un ataque enfermizo de celos y rencor y quiera asesinarte; que te enrolles con un sociópata que terminará por perseguirte con una sierra eléctrica; o que alguna práctica riesgosa de BDSM se salga de control y termine en tragedia.

Que tu vida llegue a su fin después de una sesión épica de sexo no es algo que busques heroicamente solo por alcanzar la petite mort. Cuando existen riesgos reales de morir por la excitación del cuerpo al tener relaciones, morir por el orgasmo no sería el objetivo.

Los beneficios físicos y psicológicos de la actividad sexual son palpables desde los primeros instantes; comenzando por el cambio positivo en el humor, siguiendo con otros más específicos como la reducción de la presión arterial alta, y la mejora del sistema inmunológico. Por si fuera poco, cuando termines seguramente dormirás mucho mejor.

La intensa ruta para llegar al orgasmo también permite que se libere la oxitocina, la llamada “hormona del amor” que nos hace proclives a crear vínculos con las personas y generar mayor confianza en nosotros.

Así que es interesante detenernos y cuestionarnos si realmente estuviéramos dispuestos a correr todo tipo de riesgos por alcanzar un orgasmo, incluso aunque sepamos que tenemos pocas probabilidades de morir en el acto.

¿Qué dicen los estudios?

Lo cierto es que es poco frecuente que las personas mueran durante el sexo o poco después de esta actividad física. 

La llamada “muerte coital” es rara y abarca solo el 0.6% de los casos de muerte súbita analizados por especialistas en un estudio reciente en Alemania, y aunque la actividad sexual puede desencadenar un infarto al miocardio, el riesgo relativo en las dos horas posteriores a la actividad sexual fue bajo.

Sin embargo, un nuevo estudio publicado en el ‘Journal of American College of Cardiology’ que ha analizado las muertes repentinas por ataques cardíacos en 6.847 casos entre 1994 y 2020 ha concluido que, sorprendentemente, la edad media de este tipo de tragedias está decreciendo, afectando a sujetos más jóvenes. 

Aunque los fallecimientos que se produjeron durante o después de mantener una relación sexual solo comportaron el 0,2%, la edad media en la que se dieron fue de 38 años, con un notable incremento del porcentaje en mujeres (un 35% de ese 0,2%).

Además del caso alemán, en Estados Unidos, Francia y Corea del Sur los estudios de muerte cardíaca súbita en relación con la actividad sexual han indicado que la mayoría se presentó principalmente en hombres de 59 años en promedio, siendo la causa final de muerte un infarto al miocardio.

Ha llamado la atención que es cada vez es más común que se presenten casos en población relativamente joven. Los adultos jóvenes que tienen diagnosticada alguna condición cardiovascular adversa deberían consultar con su cardiólogo sobre el riesgo asociado con la actividad sexual.

Sin embargo, la baja incidencia de muerte en estos estudios sugiere que el riesgo es muy bajo, incluso en personas con enfermedades cardíacas existentes.

Las causas posibles.

Cuando llega a ocurrir una muerte súbita durante una relación sexual, las causas pueden ser muy variadas, aunque en la mayoría de los casos puede darse a consecuencia del esfuerzo físico en combinación con alguna condición preexistente o el consumo de algún medicamento controlado o drogas ilegales. 

Imagina como hombre meterte unas rayas de cocaína acompañado de un whiskey o coñac derecho, añadiendo un viagra o cialis a todo este cóctel para irte preparado a la cama con tu pareja. Suena a una gran idea, como de película; pero si tienes condiciones físicas que puedan ponerte en riesgo tal vez deberías pensarlo dos veces.

El sildenafilo, que conocemos comercialmente como viagra, es un fármaco seguro en personas sanas, pero cuando existe una condición coronaria o cardiopatía el riesgo de usar esta sustancia para potenciar las relaciones sexuales sí podría llevar a un desenlace fatal.

Los cambios en los flujos sanguíneos asociados a la actividad sexual pueden incrementarse en situaciones específicas, tanto por el consumo de sustancias como el viagra u otras drogas, también por comer y beber en exceso -que es una situación bastante usual-, así como cuando el pulso se altera debido a situaciones concretas como hacerlo con un desconocido o en un lugar público.

Por supuesto, mientras más envejecemos somos más propensos a una muerte cardíaca súbita, y en hombres que luchan contra padecimientos como la disfunción eréctil, la hipertensión, entre otros de tipo cardiovascular, serían mayores las probabilidades de tener problemas para lograr un desempeño sexual satisfactorio.

Como pudimos ver, la probabilidad de morir cogiendo es en realidad baja, pero saberlo nos hace conscientes de que podemos hacer mejor las cosas para disfrutar de las experiencias que se nos presenten, porque la actividad sexual realmente es un pilar de la calidad de vida. 

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