Las nuevas modalidades de la sexualidad en la revolución digital.

Con el acceso a internet y la configuración de un nuevo mundo virtual, donde cuesta hacer una distinción entre lo real y lo digital, hemos estado permanentemente expuestos a nuevos estímulos dirigidos a nuestro ser sexual. Ahora existen nuevas maneras de vivir la sexualidad gracias a la revolución digital.

3367077

La era digital, un tiempo nuevo para la sexualidad

Con la aceleración de los medios de comunicación la información ha circulado de maneras cada vez más inmediatas. Es habitual que despertemos y tengamos en nuestro teléfono móvil toda la información que necesitamos para comenzar nuestro día. O bien, entrar a una página porno y masturbarnos. Todo está tan a la mano…

Pero esto va más allá de la comodidad en el acceso a elementos que estimulen nuestra sexualidad, y las consecuencias de esta facilidad podemos identificarlas.

En las últimas décadas ya pasamos varias etapas. Desde las arcaicas hotlines, mandar un sms con un código para recibir alguna foto, comprar la primera webcam para los primeros ensayos de cibersexo, hasta la actual cercanía digital que han permitido los teléfonos inteligentes. Pero para cada modalidad, nuevas dificultades aparecen.

Sextear, mandar nudes o dick pics, y todas las prácticas recientes traídas por la era digital en las comunicaciones, han tenido su contraparte inconveniente, debido a que la mayoría usamos la tecnología de manera intuitiva y sin mucho conocimiento de causa, solo deseando lo inmediato.

[rml_read_more]

Por esta ignorancia y falta de conciencia sobre el uso que le damos a los dispositivos, cada vez se hacen más presentes fenómenos como el cyberbullyng, el grooming, o el hecho de “pasar el pack”, sumado a otros, como el ghosting y el gaslightin, que están haciendo de las suyas sobre los egos y la autoestima de los usuarios de las redes sociales que deciden entablar relaciones por estos medios.

Vector de Diseño creado por freepik – www.freepik.es

Internet, el intermediario entre el sexo y el amor.

Es claro que el internet se ha convertido en muchos casos en el intermediario entre el sexo y el amor, y es utilizado como otra vía para conocer parejas con fines sexuales o románticos, con un código de comunicación distinto del encuentro cara a cara.

Ante lo agotador y estresante que puede llegar a ser una cita real, las modalidades digitales han venido a reparar todo lo que pensamos que hicimos mal. Heike Melzer, terapeuta sexual, advierte sobre la hípersexualización de la sociedad, donde pensamos que tenemos toda una mesa de regalos de la cual escoger lo que queramos; se pone primero la sexualidad antes que a la persona en este tipo de transacciones.

Hay una plataforma para cada necesidad, desde el Tinder, OnlyFans, Grindr, Bumble, que apelan a algo muy específico del ser sexual. Si quieres un encuentro casual y rápido; si deseas pagar por tener un poco de cercanía con alguna figura pública; vivir libremente el encuentro con parejas del mismo sexo; o tener como mujer el poder de escoger, descartar a quien quieras y dar el primer paso. Quizá algunas personas quieran una relación estable, otras solo coger con el primer match.

Debido a estos súper estímulos, problemas como la disfunción eréctil en jóvenes, o la falta de deseo por la pareja se hacen cada vez más frecuentes dentro de esta atmósfera. Y es que con el internet de por medio, lo que antes se consideró dentro del porno como algo hardcore, ahora es soft; las parafilias o el BDSM están integrados ahora en el lenguaje digital, y ya no se consideran como algo extraño, sino que se fomenta y se resaltan sus beneficios.

Especialistas en citas, gurús de estilo de vida que te dicen cómo podrás coger más, todo esto ya existe a solo un clic de distancia.

Poner atención a los aspectos virtuales que tiene el uso de la tecnología puede modificar el pensamiento que se tiene sobre los efectos del internet sobre la sexualidad. Es distinto entender si la sexualidad está siendo modificada o no por los medios de la nueva era digital, y si tales cambios implican que una persona puede vivir la sexualidad de diferentes formas, como algo nuevo que antes no podía permitirse.

Si nos detenemos a pensar en lo anterior, quizá dejar nuestro destino sexual o amoroso en manos de un algoritmo tal vez no sea una revolución.

¿Te gusta lo que ves? ¡Compártelo!