Witch House, un aquelarre electrónico.

¿Qué música ponen las brujas en el aquelarre? Tal vez, hace unos años, empezaron a poner un poco de witch house. Se trata de un subgénero temático de la electrónica que fluctúa entre la pista de baile y el chillin’, siendo idóneo para amenizar las ceremonias con caldero y los besos negros al mismísimo macho cabrío.

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Con beats pesados y empleando técnicas glitch y de chop and screw, el witch house busca un efecto profundo usando recursos del noise, ambient, darkwave y el drone. Incluso algunos artistas de esta corriente han hecho uso de samples de diálogos de películas de terror, en un afán de generar una atmósfera oscura y lúgubre para sus obras.

Esta escena se ha caracterizado por una estética específica, reflejada en videoclips low fi repetidos en loop, portadas con yuxtaposiciones de elementos bizarros, o performance en vivo. Los temas siempre giran alrededor del simbolismo oculto, que ha dado pie a una subcultura dentro del entorno electrónico experimental.

“La peculiar manera en que surgió el witch house cavó su propia tumba. Pero estos días se prestan para tratar de sacarlo del sepulcro y ponerlo un rato en el after”.

Como si se tratara de un culto secreto, los que empezaron en esto quisieron burlar los motores de búsqueda empleando tipografías poco comunes en sus nombres artísticos, haciendo uso de triángulos y cruces invertidas dentro de ellos, con nombres como ▼▲▼vagina vangi, GLSS, 33H, ✝DED VIRGIN✝, o GuMMy†BeR. Lo cierto es que mientras más inaccesible se sabe algo, más morbo e interés genera por buscarlo.

Precisamente, mucha de la crítica alrededor de esta escena consideró que lo mejor que le pudo pasar al witch house en su momento fue volverse un poco mainstream. Como ocurre con muchos movimientos artísticos emergentes, las redes sociales fueron un terreno fértil para que se formaran comunidades adeptas a este sonido, y no era difícil asociar perfiles de chicas “únicas y detergentes” en Tumblr con la estética witch house, vulgarizando todavía más los temas del satanismo y las prácticas ocultistas.

Debido a la contaminación de lo que los puristas pensaron que habían creado como algo único, este subgénero empezó a desplomarse, y cada quién agarró por su lado. Algunas disqueras desaparecieron, como Disaro, y otras trataron de mantenerse occvlt hasta el final, como Phantasma Disques, que hasta la fecha sigue dando la batalla.

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Entre los proyectos que destacaron por sus aportes y trascendencia podemos contar a Salem, con una propuesta orientada a lo ambiental, viajando desde el drone al trip-hop. Crim3s son otro proyecto encumbrado, gracias a que incrementaron esta escena en Europa mediante raves ilegales, mientras Pyramids of Mu llevaron hasta las últimas consecuencias el anonimato de sus integrantes, metiendo a la escena raver tintes drag y trance, contrastando con oOoOO, un peculiar experimento más enfocado en el chill out. Por supuesto, te dejamos una playlist especial para que acompañes tus ceremonias.

La peculiar manera en que surgió el witch house cavó su propia tumba. Pero octubre parece un buen mes para tratar de sacarlo del sepulcro y ponerlo un rato en el after.

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