Sube la temperatura con el dembow dominicano.

¿No estás bueno, estás buenísimo? ¿Estás dura sin ir al gym? Quizá ya te hartaste de todas las “chivirikas” bailando en Tik Tok, pero toda esa música que suena de fondo tiene una razón para ser tan poderosa y apuntar a lo más primitivo, a moverte. Más allá del mame y el hartazgo, sin duda el dembow dominicano ha demostrado que tiene todo para subir la temperatura de la escena musical.

glad-teenager-with-trendy-hairstyle-dances-against-drawn-graffiti-wall-min dance-time-stylish-men-and-woman-dancing-hip-hop-in-bright-clothes-on-green-background-at-dance-hall-in-neon-light-min (1) Dembow

No es “urbano”, es dembow.

Dentro de lo que la mayoría de los medios cómodamente han catalogado como “género urbano”, podemos escuchar distintas sonoridades, a pesar de que para muchos ajenos a estos ritmos todo podría sonar igual o muy parecido. El dembow es un elemento que está presente en el reggaetón y toda la música caribeña, y ha tomado una identidad propia entre los artistas dominicanos.

Cuando el reggaetón empezaba a tomar las listas de popularidad en todo el mundo a partir de la década del 2000, el dembow dominicano seguía una lógica distinta y más cruda. Productores y raperos de Santo Domingo comenzaron a retomar el riddim jamaicano y las reminiscencias del merenhouse noventero para mezclarlas con otras cadencias, usando métodos de producción todavía marginales para la época.

Toda la tradición del rap en República Dominicana se ha adaptado a una variedad de ritmos, logrando productos exitosos como El General, que popularizó en América Latina el merenhouse y el raggamuffin, que sirvió años después al rescate de esas sonoridades por parte de los nuevos productores, como forma de diferenciarse del reggaetón mainstream.

El dembow es una canción, según ha defendido el productor musical Rodney Clark, aka “El Chombo”, quien fue el artífice de canciones como “Chacarroon”, y propone que el dancehall jamaiquino es la raíz de este patrón rítmico que asociamos con el reggaetón y otras músicas llamadas “urbanas”.

Con el dancehall, un productor jamaiquino radicado en NY trabajó con Nando Boom, una versión panameña de Shabba Ranks. Intentaron darle una salida al dancehall rapeado en español, pero con el limitado inglés jamaiquino, el concepto “dembow” era en realidad “dem” (them) y “bow” (de arco o arquear), usada en los raps para referirse a los homosexuales: “Ellos se arquean”.

Además de esta connotación, la explicación entre el concepto y el ritmo también se puede trazar, ya que “dembow” puede referirse al ritmo de la batería del beat, que se va escuchando hacia abajo, como si estuviera arqueado o se fuera inclinando.

En la debacle creativa del reggaetón, que ha transitado de un sonido muy duro y callejero a un reggaetón pop suave que ha encontrado un punto de hartazgo, el dembow dominicano está empezando a reclamar algunos espacios y quedándose con ellos, ante la nostalgia por el “reggaetón de la mata” o el “reggaetón viejito”, que era el estilo esencial de este género.

Dembow dominicano, más crudo que el reggaetón.

La música popular dominicana se ha transformado profundamente con la proyección de crecimiento que le han dado las plataformas digitales, ya que escenas como la de los “dembowseros” estaban prácticamente vetadas de la radio y la televisión.

El rap y el hip hop son la base de la actual “música urbana” que está explotando en República Dominicana. Empezó a crecer exponencialmente desde 2005 y desde el 2009 el dembow inició su propio camino como algo ya consolidado, cuando El Alfa lanzó su primer hit, cumpliendo con la demanda de las nuevas generaciones, que buscaban los ritmos bailables del subgénero dembow con los rapeos underground más crudos.

El sonido que define al dembow dominicano actual está marcado fuertemente por el rap, el hip hop y el trap, pero siguen surgiendo ramificaciones que lo llevan a terrenos más melódicos y otros hacia lo más underground y duro; se han incorporado tanto el “saoco” de la salsa como las influencias del funk carioca para lo más crudo y rítmico.

P One y La Vaina Records parecen llevar a cuestas en la producción el sonido de esta tendencia, con el uso de patrones rítmicos que se vuelven repetitivos, pero que al mismo tiempo van dejando espacio a cadencias rítmicas que hablan de la originalidad que desprenden. 

Ya viste cómo forma su sonido este subgénero, pero también hay que poner atención a lo que los escritores tiran sobre esos ritmos. Son letras más crudas en comparación con el reggaetón mainstream, que ya es decir bastante. 

Precisamente, mucho del atractivo que tiene para los escuchas es que el reggaetón se quedó como un nuevo pop, mientras que el dembow ofrece el espacio para ser completamente explícito e incluso más; donde se puede hablar del consumo y venta de drogas, toda clase de conductas sexuales desde los tríos, orgías, infidelidades y violaciones, con un flow y un slang que poco a poco va haciéndose entender más en los países de habla hispana.

Además de la sobreexplotación de estos temas en videos que se viralizan en Tik Tok, República Dominicana es el quinto país más visitado de América Latina, e incluso es destacable que mucho del turismo que llega al país lo hace con el fin de aprender los estilos de baile que ahí se enseñan; desde la bachata, el merengue, el reguetón, el “perico ripiao” y el propio dembow.

Incluso J Balvin, La Rosalía y otras figuras top del mainstream han recomendado en sus historias de Instagram temas de dembowseros dominicanos, Major Lazer y Diplo también han mostrado su preferencia por el dembow, e incluso en Ibiza, donde tradicionalmente se revientan las fiestas con EDM, también ya suena duro el dembow.

“Le puse esto a mi abuela y ahora tiene un OnlyFans”, y frases por el estilo que dejan los escuchas en los videos con millones de visitas que los dembowseros cuelgan en YouTube, hablan del poder que tiene este ritmo para apuntar a nuestra parte más animal y perversa, como el tema “Chivirika”, del Villano RD con Yailin La Más Viral, que capturó Tik Tok desde que apareció a principios de este año.

La escena dominicana está metiendo el acelerador, sin olvidar que todo tambor y ritmo viene de África y por eso apunta a lo primigenio, dejándonos ver que el patrón del “tumpa-tumpa” está alcanzando a infectar la cultura musical de todo el mundo, subiendo la temperatura con beats que golpean duro y sin descanso.

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