La formación en el estanque.
¿No estás hasta la v*rg* de Carlos Muñoz o de cualquier otro coach o gurú financiero que intenta hacerte pensar que debes tener una ‘mentalidad de tiburón’ para ser alguien exitoso?
Por supuesto, no hay nada de malo en querer superarse económicamente, vivir de manera más holgada y tener tiempo para desarrollar nuestras aficiones; vaya, es algo inherente al comportamiento humano el buscar nuevos retos, salir de nuestra zona de confort y escalar hacia una nueva posición, mejor que en la que nos encontramos.
Pero debes tener cuidado con las promesas y el humo que venden estos pseudo expertos de estanque, que piensan que todos partimos del mismo piso del que ellos despegaron.
Estos “speakers” y conferencistas tienen muy claro su objetivo, y por supuesto que ése no es ayudarte desinteresadamente; al contrario, se trata de venderte humo de la manera más subliminal o descarada posible, aprovechando tu necesidad de superación y de falta de contactos en el mundo empresarial.
En un país que está por alcanzar un récord de 67 millones de pobres, donde los únicos negocios que crecen son las casas de empeño y los créditos bancarios, este tipo de “emprendedores” solo observan la realidad para sacar mayor provecho de ella. La promesa que venden en estos cursos y webinars es el networking y el coaching empresarial.
Muchos de estos formadores realizan una mezcla aleatoria de técnicas y herramientas de teorías del psicoanálisis, de una manera en la que puedan incorporar la atención a detalles del comportamiento humano con la tendencia del neuromarketing. Mediante leyes y preceptos iniciáticos, la literatura que se produce sobre emprendimiento práctico deposita en el individuo toda la responsabilidad del éxito y el fracaso.
Destinado a formar nuevos tiburones en pequeños estanques, el trabajo de estos gurús, brokers, visionarios, emprendedores y líderes es el de quitar tu mirada de la realidad del día a día para que empieces a mirar todo desde el interior de la burbuja que ellos han creado para ti.
Nunca te van a decir que allá afuera existen corrientes que no te permitirán nadar a donde tú quieres, por más mentalidad que puedas desarrollar.
Un tiburón que no puede nadar.
No es muy probable que Jeff Bezzos, Elon Musk o cualquier otro millonario del mundo real se haya hecho rico compartiendo frases inspiradoras y contra los “envidiosos y mediocres” en sus redes sociales.
Quienes piensan que las personas “son pobres porque quieren” y que hacerse millonario es cuestión de mentalidad y “echarle ganas”, son las que comúnmente caen en esas conductas, por una actitud individualista y desconectada del entorno. Solo te quieren estafar, fingen algo que no son y aprovechan toda su red de contactos para iniciar esquemas piramidales o “flores de la abundancia” para estafar a los incautos urgidos por una buena inversión.
Negocios multinivel, venta de cursos, y todo tipo de herramientas persuasivas buscan infiltrarse en una mentalidad estancada que espera soluciones rápidas y dinero fácil. Son abusivos por querer engañar a este tipo de personas.
Esto en una realidad nacional donde la movilidad social parece cada vez más un mito, donde el 10 por ciento de la población con ingresos más altos captó el 59% de los ingresos nacionales, mientras que el uno por ciento aún más alto captó el 29% en las últimas dos décadas. Es decir, el 10% de los que más ganan se llevan 6 de cada 10 pesos que circulan.
Si ves estos números desde otro ángulo, notarás que el 1% de los mexicanos más ricos concentra casi el 30% de la riqueza nacional. Esto anula cualquier escenario en el que la movilidad social sea una tendencia sostenida en el país.
Si hubiera una manera fácil de ser millonarios, todo mundo lo sería. Al final, el tener el poder de una “mentalidad de tiburón” concierne a observar la oportunidad de un negocio y una ganancia en cualquier necesidad que tengan las personas. No hay movilidad social, la brecha entre clases sociales se ha hecho más grande, y la desigualdad aumenta cada año.
No es tan descabellado que este tipo de discursos individualistas permeen la mentalidad colectiva cada cierto tiempo, si pensamos en que la economía es ese artificio que sigue funcionando un poco como la numerología y la adivinación, donde cultos coercitivos se conforman precisamente por la capacidad humana de compartir una creencia; en este caso, pensar que de manera fácil y con una inversión mínima se logrará un negocio con beneficios inmediatos es un poco evocar el pensamiento mágico.
Las aguas del estanque se calentaron con las ideas de éxito fácil e inmediato, pero el espacio es poco para tanto escualo. Con un margen de movimiento tan limitado, puedes seguir toda la vida “echándole ganas” hasta que el capitalismo te diga: “estoy fuera”.