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La crisis de Ucrania y Rusia, entre la OTAN, EU y la narrativa de guerra. - Blow

La crisis de Ucrania y Rusia, entre la OTAN, EU y la narrativa de guerra.

La situación entre Ucrania y Rusia ha escalado. No se trata solo de viejas rencillas, sino que el impacto de esta crisis tiene que ver con el reacomodo geopolítico de toda la Unión Europea, la Federación Rusa y los intereses de Estados Unidos. Todo dentro del cambio internacional de una narrativa pandémica hacia un intento de meter “la guerra” en la opinión pública.

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¿Existe un riesgo de enfrentamiento?

Si bien los asesores políticos de Ucrania, Rusia, Alemania y Francia han coincidido en que es indispensable que se cumpla con el alto al fuego en las regiones del Donbás, la OTAN aseguró que está preparada para lo peor, luego de responder por escrito a las exigencias de Rusia.

En opinión del historiador Christian Nader, bajo estas condiciones pueden verse varios escenarios posibles. De entrada, una confrontación nuclear, por más que se ponga en el tablero, estaría lejos de ocurrir.

La historia une a Ucrania y a Rusia de diversas maneras, con crisis políticas que terminaron con la anexión de Crimea al territorio ruso. La renovada presión de Rusia a Ucrania tiene como objetivo frenar el avance de la OTAN en territorio ucraniano.

Un escenario lejano sería que todo se arregle en buenos términos. Esto porque Estados Unidos llegó a Ucrania para plantarse allí, porque es probable que el país no sea aceptado ni en la OTAN ni en la UE; pero es probable que la presencia de EU se mantenga en Ucrania, y esto comenzó desde 1991 y a partir de 2014, cuando se dio el proceso de paramilitarización y “nazificación” de Ucrania, a la espera de provocar a Rusia, de acuerdo con Nader.

Una segunda posibilidad es que tanto Kiev como EU creen una provocación contra Rusia y que entonces se decida a entrar a Ucrania. Washington podría apoyar a Kiev o bien, dejar a Ucrania a su propia deriva. Si esto ocurre, sería incluir a Ucrania a la OTAN, porque EU no tiene la capacidad de frenar a la federación rusa, porque si algo ocurre Bielorrusia entraría al quite.

EU apuesta a que Ucrania provoque a Rusia, y la única manera en que EU o la OTAN intervengan es si Rusia agrede a uno de sus países miembros; de ahí la presión de admitir a Ucrania a la UE o a la OTAN. Incluso, Ucrania a pesar de los límites que le ponga Washington, podría irse directo contra Moscú, en un escenario donde quizá EU ya no entraría directamente.

Los intereses en juego.

Debemos entender que los organismos supranacionales, como la OTAN, están divididos. Si bien Estados Unidos lidera esta organización junto a las principales potencias europeas, la preocupación de Rusia ha sido la insistente determinación norteamericana de asentarse en territorios del este europeo, -como Ucrania- lo cual Moscú ha considerado como una afrenta a su propia seguridad territorial, al compartir frontera con esta región.

Mientras Rusia pretende detener el enfoque agresivo de Occidente, y no invadir Ucrania, Estados Unidos sigue elevando el tono de sus advertencias, asegurando que “Rusia pagará un alto precio” si decide avanzar sobre Ucrania.

Cuando EU anuncio que enviaría más armas a Ucrania, China, Rusia e Irán hicieron un ejercicio conjunto de maniobras navales. 

Es un hecho que la cooperación militar, económica y energética es cada vez más estrecha entre Pekín y Moscú, y lo mismo ocurre con Teherán, aunque en menor volumen. Si ocurriera algo en Rusia, esto se trasladaría inmediatamente a China. Los dos países enviaron tropas a las fronteras con Kazajistán cuando ocurrió el levantamiento reciente, y Pekín ni intervendría a menos que Moscú lo pida.

Lugansk y Donetsk son regiones ucranianas donde el Partido Comunista ruso ha impulsado el reconocimiento de las repúblicas de Lugansk y Donetsk, que incluso podría verse como una estrategia de Rusia para desestabilizar la unidad ucraniana.

En la zona del Donbás el socialismo nunca desapareció, lo que molestaría más a Kiev y preocuparía a Washington, luego de siete años de silenciar el tema de Crimea, donde con un referéndum del 96% de aprobación la población decidió separarse de ucrania. Será en febrero cuando la cámara baja del Parlamento ruso someta a votación si reconoce o no a las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk. 

Sumado a esto, se debe destacar la infraestructura energética que recorre el territorio ucraniano para abastecer a buena parte del este y centro de Europa, por eso es importante mantener la atención al tema energético como un pivote lleno de presión en la región.

Moscú todavía no ha amenazado con cerrar las válvulas energéticas, y no lo ha hecho para no abonar a la retórica del terror de “Moscú quiere matar de frio a la UE”, que un encabezado de este tipo sería algo muy codiciado por Washington.

El cambio en la narrativa, de la pandemia a la guerra.

Hay que ser cuidadosos cuando consumimos la información y no dejarnos llevar por el medio que habitualmente consultamos. Se ha demostrado con la historia que la versión que prevalece en la opinión pública ha sido la de quien tiene mayor poder mediático.

En la narrativa tradicional se han estado vertiendo una sarta de barbaridades sobre el repunte reciente del conflicto entre ucranianos y rusos, con supuestos “expertos y analistas” que solo han copiado los comunicados de Washington y Londres, incluso haciendo malas traducciones.

Estos medios informativos hablan del “apoyo de Moscú a rebeldes separatistas” en los territorios orientales de Ucrania, donde más de 14 mil personas han muerto desde 2014 dentro de la llamada guerra del Donbás.

Los juicios de este tipo ni siquiera tienen cuidado en conocer las condiciones de los territorios de Lugansk y Donetsk, donde la mayoría de sus habitantes siguen teniendo una fuerte inclinación socialista y preferencias por los ideales del Partido Comunista, la segunda fuerza política en Rusia.

Se nota un gran esfuerzo por parte de los medios tradicionales en dar un giro a la narrativa internacional; pasar del terror pandémico hacia un nuevo episodio de terror bélico, en donde una vez más se pone a EU como el salvador que acude al llamado de auxilio de una Ucrania sometida al influjo ruso.

En realidad, podría pensarse que el agresor aquí es Estados Unidos, y esto no es de ahora, sino que tiene toda una historia, y todo se refleja en la situación en Donetsk y Lugansk, donde personas han sido quemadas vivas. Nadie vela por los pobladores del Donbás, porque los ven como “rusos revoltosos”.

El tablero geopolítico escenifica movimientos cada vez más evidentes donde resalta el hecho de que Europa no existe en términos de poderío, y solo Alemania y Francia muestran cierta resistencia a los mandatos de Washington. Esto mientras para Estados Unidos, la Unión Europea solo seguirá siendo un escudo más.

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