Johnny Depp vs Amber Heard y el futuro de la retórica del fakeminismo

Una vez más el mundo del espectáculo nos pone frente a una nueva telenovela para drenar nuestra atención. El juicio entre Johnny Depp y Amber Heard ha sido iluminador para entender cómo se manejan las agendas mediáticas, desde cómo operan movimientos como el #MeToo hasta el ocultamiento de información utilizando a las celebridades como distractores. ¿Qué tanto puede afectar un caso de estas dimensiones el futuro de la retórica del feminismo radical?

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#MeToo: “Eres hombre, nadie te va a creer”.

Johnny Depp y Amber Heard se conocieron durante la filmación de Rum Diary en 2009, casándose en 2015, para divorciarse cuando todavía no transcurrían ni dos años de matrimonio.

Para 2018, animada por la campaña #MeToo, Heard decidió hacer público su testimonio del abuso y violencia que vivió durante su relación, mediante una editorial publicada en el Washington Post.

En ese texto, la actriz afirmó haber sido agredida y abusada en repetidas ocasiones durante el transcurso de su relación con el actor Johnny Depp. Fue justo cuando todo mundo nos asomamos con morbo por la ventana indiscreta para alcanzar a ver algo de la intimidad de una relación tóxica entre celebridades.

En su papel de embajadora de los derechos para las mujeres en el marco del #MeToo, Heard afirmó que ella misma se había convertido “en la representante de la violencia doméstica, y sentí la fuerza con la que la cultura atrapa a las mujeres que quieren hablar”.

En realidad, fueron integrantes de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU), fundada en 1920 y que defiende los derechos de las personas, quienes ayudaron a Heard con el artículo que se publicó en el Washington Post, confirmando que no recibió el supuesto donativo de 7 millones de dólares por parte de Heard, al cual se comprometió luego del arreglo por el divorcio con Depp.

Amber sigue siendo embajadora de la asociación, y lo que en realidad buscaban era que Johnny Depp fuera una suerte de representante mundial del abuso, lo cual beneficiaría a Heard económicamente y a la asociación para posicionar su agenda, cobijada por el movimiento #MeToo.

Para finales de enero del 2020, el Daily Mail publicó los audios en donde Amber Heard admitió haber golpeado a Johnny Depp, y donde lo anima a que denuncie y se dé cuenta de que: “eres hombre, y nadie te va a creer”.

Foto de Daniel Reche en Pexels

El juicio contra el feminismo oportunista.

Estas acusaciones provocaron que Depp fuera vetado de las secuelas de cintas como Piratas del Caribe y Animales Fantásticos.

Tras el artículo de 2019, Depp demandó a Amber por difamación, exigiendo una compensación de 50 millones de dólares. Heard, en 2020, contrademandó por el doble de lo que exigía Depp. El juicio comenzó el pasado 11 de abril, generando todo tipo de posturas por el caso tan polémico.

La defensa de Heard sostuvo que Depp tendía a ser violento por su excesivo consumo de alcohol y drogas, cosa que fue desmentida por los empleados de la pareja y por las personas en común que vieron de cerca la dinámica de su relación.

Depp declaró que Amber le llegó a lanzar dos botellas de vodka, que lo golpeaba e insultaba constantemente, e incluso compartió fotografías donde se ve la cama que compartían adornada con excremento, presuntamente depositado por la actriz sobre las sábanas.

Con el diagnóstico reciente de que la actriz padece trastorno límite de la personalidad, esta condición explicaría muchas de sus actitudes impulsivas y violentas.

Lo que no tiene explicación es el cinismo de la actriz que, estando todavía en la relación con Depp, salía con el multimillonario Elon Musk y con James Franco. Esto le ha ganado el odio de amplios sectores del público, dañando su imagen por parecer una aprovechada de las causas feministas para explotar una mentira.

Amber despidió a su equipo de prensa ante los resultados en su imagen pública, cortando lazos desde el jueves pasado, porque la cobertura del juicio no le estaba favoreciendo.

Además, faltando la mitad del juicio, el equipo legal de Amber Heard está buscando anularlo, como dando patadas de ahogado ante la ominosa evidencia que desmantela su defensa.

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Foto de EKATERINA BOLOVTSOVA en Pexels

Johnny Depp, ¿héroe de los derechos del hombre?

Al conocer los verdaderos recovecos del caso, muchos pudimos identificarnos con lo que estaba pasando Johnny Depp en esa relación y empatizar con el abuso padecido. Pero también seguramente muchos “incels” han tomado el caso de la demanda de Johnny Depp contra Amber por difamación como un estandarte existencial.

“Justice for Johnny Depp” fue la consigna que comenzó a correr en forma de hashtag en las redes sociales cuando se supo de los audios en donde Amber Heard aceptó haberlo agredido, generando un sentimiento inmediato de empatía con Depp.

Los obsesionados con la “pérdida de los derechos de los hombres” han culpado a las corrientes feministas por acotarles sus espacios de expresión.

Están viendo en Depp al estandarte que debe ir al frente en la guerra contra las mujeres que odian a los hombres y fingen ser víctimas al mismo tiempo.

La manera en que Depp ha venido revirtiendo con pruebas y testimonios las acusaciones de Heard, ha dado un respiro a quienes han afirmado que desde el auge de los feminismos los hombres han permanecido bajo ataque, ya sea acusados falsamente de violación o impidiéndoles ver a sus hijos porque sus parejas mienten.

Al igual que las posturas extremas del feminismo, estos hombres activos sobre todo en redes sociales han aprovechado el drama para colgarse y tratar de hacer proselitismo sobre la injusta concepción que en general se tiene de los hombres en la era posterior al #MeToo.

Un juicio para desviar la atención.

Por supuesto que lo importante en estos casos falsos de violencia doméstica es que se aclaren, ya que ese juego de Amber Heard de usar de manera maquiavélica y vil al machismo y al feminismo para conseguir lo que quiere, les quita seriedad a temas como la violencia de género y el abuso doméstico. 

Y es con la intención de que quede claro de una vez por todas, que cualquier persona puede ser víctima de maltrato y que este no solo es físico si no también emocional, verbal y psicológico.

Para que no te quedes cegado por todo el reality show que te están metiendo por los ojos con este juicio, te dejamos en qué pensar.

Primero, la notoria diferencia en la cobertura de este juicio y el que se llevó contra Ghislaine Maxwell, la compañera del magnate Jeffrey Epstein, en el que estuvieron en juego acusaciones de tráfico y abuso de menores de edad.

El juicio ocurrió con una secrecía pocas veces vista, con retención de información importante que podría afectar a nombres muy poderosos en Estados Unidos y que no han sido dados a conocer.

Segundo, los problemas de inflación y abasto que está atravesando ese país, donde parece que solo alimentando los espectáculos morbosos como este juicio neutralizan la discusión pública de estos temas.

Tercero, el enfrentamiento entre hombres y mujeres, entre agendas impuestas por grupos específicos, en la obligación de tomar partido ante una situación completamente ajena, donde solo por adoptar una postura tenemos que torcer nuestra atención a cosas que no deberían tenerla, o a incurrir en extremismos de género solo por buscar tener la razón.

Si ahora amas a Johnny Depp y desprecias a Amber Heard, es que ya tomaste un bando en una lucha que ni es tuya ni debería importarte.

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