El conflicto que dejó un fantasma en la ciudad.
Entre los distritos de Famagusta, las ruinas de Varosha permanecen con su aire fantasmal frente a las costas del Mediterráneo, al este de la isla de Chipre. Desde mediados del siglo XX, Varosha comenzó a colocarse entre los destinos favoritos.
En 1974, más de cincuenta hoteles parecidos a palacios y costosas mansiones recibían al jet-set del mundo de la moda, el cine y otras industrias, convirtiéndose en los favoritos de figuras como Elizabeth Taylor, Raquel Welch y Briggite Bardot. En plena “era disco”, los excesos del jet-set setentero tenían lugar en los sitios con más hype en todo el Mediterráneo.
Pero un conflicto entre Turquía y Grecia por el control de la isla tiene ya más de cuatro décadas, y Varosha se ha convertido en un escenario central del choque entre las dos naciones.
Chipre es estratégico en el mediterráneo oriental, y ha estado bajo el dominio del Imperio Otomano, que le cedió la administración de la isla al Imperio Británico a finales del siglo XIX, con un gobierno pseudocolonial. En la comunidad grecochipriota se empezó a desarrollar un movimiento nacionalista que defendía la independencia del territorio y su anexión a Grecia. Sin embargo, el nacionalismo turco también empezó a incendiarse por el protagonismo de Ataturk en Turquía.
En 1960 se firmó la independencia de Chipre con Reino Unido, Grecia y Turquía, iniciando una década de tensiones entre turcos y grecochipriotas que llevó al golpe de estado a favor de Grecia en 1974 y la invasión de la parte norte de la isla por parte de tropas turcas.
La isla quedó dividida en dos en 1983. La llegada del ejército de Turquía a las costas chipriotas hizo que muchos griegos y turcochipriotas abandonaran sus hogares, como el caso de los habitantes del distrito de Varosha.
La declaración de la República Turca del Norte de Chipre junto con los intentos de Turquía de repoblar Varosha con población turca, llevaron al Consejo de Seguridad de la ONU a emitir una resolución al conflicto. “Se considera inadmisible los intentos de poblar cualquier parte de Varosha con población distinta a sus habitantes y estas zonas deben ser administradas por la ONU”, fue la sentencia.
El Plan Annan apostó por la creación de un estado federal, y en 2004 se sometió a referéndum y fue aprobado por un 64 de los turcochipriotas, pero solo un 25% de los griegos. Desde el fracaso de este plan las negociaciones se han sucedido con menor intensidad, a pesar de la apertura de la “línea verde” una zona desmilitarizada que divide la isla, fueron un avance; pero la crisis de 2008 ha detenido los procesos de diálogo.
El fantasma del pasado en el futuro de Varosha.
A pesar de la resolución de la ONU, que concedía el derecho a volver, Turquía ha mantenido Varosha cerrada como factor de presión en Chipre.
Hace 47 años que ni turcos ni griegos pisan el lugar. Los vecinos ven desvanecidas sus esperanzas de la reunificación y regresar a sus casas. Edificios, metal oxidado y soledad. Algo doloroso de ver para los antiguos vecinos, que recuerdan con dolor el éxodo de 1974.
Las disputas territoriales como Varosha siguen siendo un obstáculo. Este fantasma al sur de la ciudad de Famagusta, es la llave para solucionar la disputa, pero parece no haber voluntad. Fueron unos 15 mil residentes los que se fueron en 1974. Es el símbolo de la división de Chipre.
Una ciudad turística congelada en el tiempo, resguardada por una alambrada. La maleza que trepa desde el suelo rompe el pavimento de las calles de este distrito, que espera quieto y deteriorado el regreso de sus habitantes originales.
Desde la reapertura parcial al público el 8 de octubre de 2020, luego de 47 años inhabilitada, Varosha recibió casi a 200 mil visitantes. Tras haber permanecido como un “pueblo fantasma” por décadas, Varosha atrae tanto a los habitantes de la República Turca del Norte de Chipre, así como a turistas extranjeros, con un ambiente y paisajes alrededor que maximizan su atractivo.
Esto mientras las autoridades de la RTNC siguen viendo en Turquía a su lugar de origen, como la garantía de la existencia de la RTNC por ser Turquía “el país más poderoso en la región”, e incluso las autoridades locales están resueltas a incrementar la dominancia tanto de Turquía como de la RTNC en el Mediterráneo oriental.
Tal panorama ha hecho pensar a algunos sectores que Varosha, en realidad, está destinada a una segunda muerte, debido a que está condenada por el silencio y la apatía. Se espera que pase algo para que se pelee políticamente por la ciudad.
De pasar de los conteos de las 10 ciudades fantasma más interesantes, Varosha experimenta una reapertura que no está haciendo justicia a quienes sufrieron el desplazamiento de sus hogares; aunque se reabran las actividades, el fantasma del verano sigue ahí, esperando a sus viejos amigos.