Moloko Plus, el trago futurista para la ultra violencia.

En las historias del cine de ciencia ficción frecuentemente está presente el deseo humano por seguir bebiendo, a pesar de estar en una urbe futurista y distópica, en la realidad de un mundo postapocalíptico, suspendidos en el espacio o buscando civilizaciones en otros planetas. Una de las bebidas más complejas sin duda es el Moloko Plus, que apareció en la cinta “A Clockwork Orange”. ¿Te animas a darle un trago?

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Moloko, la bebida para un futuro ultraviolento.

Stanley Kubrick plantea en “La Naranja Mecánica” (A Clockwork Orange, 1971) una sociedad distópica en Londres, sin precisar si se está en el futuro o en el pasado; más bien se trata de una realidad alterna en el presente, donde tampoco importan mucho las fechas.

La película está basada en la novela homónima de Anthony Burgess que apareció en 1962, en cuyas páginas plantea la rutina de los protagonistas de ir a animar sus noches bebiendo un peculiar coctel llamado Moloko Plus, al que solo describe como leche preparada con psicotrópicos.

Se trata de un compuesto sintético mezclado con leche, que hacía parecer a Alex Delarge y sus droogs como unos buenos niños bebiendo inocentemente un vaso de leche en los sillones del Korova Milk Bar.

Esta leche plus se servía con “veloceta o con drencromina”, sustancias que en realidad propiciaban que los muchachos quedaran listos para salir a las calles de ese Londres distópico para ejercer su ultra violencia.

Quizá entre las bebidas y drogas en las historias del cine de ciencia ficción, la Moloko sea la más perversa, puesto que se le representa con la pureza blanca y maternal de la leche en un entorno donde es utilizada por menores de edad para perpetrar robos, raptos y violaciones.

De hecho, en la historia original descrita por Burgess el Korova Milk Bar dejó de vender bebidas alcohólicas para engañar a las leyes imperantes en la ciudad y permitir la entrada a menores de edad. 

La fórmula para enganchar a los jóvenes fue servir el elixir en un vaso de leche que resultó ser una suerte de coctel blanco repleto de barbitúricos, ansiolíticos, opiáceos y algo de mezcalina, para producirles alucinaciones y permitirles lidiar con la angustia de una ciudad decadente. Aunque uno de sus efectos secundarios fue irrumpir en casas de ricos para romperles la cabeza a batazos.

Lo que implica un trago de Moloko.

De acuerdo con el director, la cinta trata de explorar el conflicto entre el libre albedrío y la rigidez de una sociedad que intenta encajar en algún orden.

Mediante el testimonio de Alex se trata de plasmar esta dicotomía, donde un joven aparentemente libre ejerce su libre albedrío hasta las últimas consecuencias.

Bajo el efecto de la Moloko Vellocet, Alex y sus amigos van por ahí cargando con conductas criminales diversas. Desde odiar a sus padres, robar, golpear ancianos en las calles, e irrumpir en mansiones para violar y matar.

Esta ultra violencia es la manera en que los personajes expresan el ejercicio de su libertad, al mismo tiempo que el Estado, al querer lidiar con esta situación, convierte a Alex en una especie de zombie que ya no distingue entre el bien y el mal, volviéndolo un autómata que solo repite las conductas pasivas a las que ha sido impuesto.

Entre los asiduos del Korova Milk Bar la violencia y la criminalidad fue una manera de vivir la libertad en una sociedad cerrada y vigilada por un aparato estatal que utilizó la llamada “técnica Ludovico” como una especie de tortura conductista para enderezar a los criminales y devolverlos a la sociedad desprovistos de valor y de ilusiones.

Todo por un buen vaso de Moloko. A partir del culto al libro y a la película, muchos mixólogos se han dado a la tarea de preparar su propia versión del trago. Aquí te dejamos dos opciones.

Prepara tu propio Moloko.

Si bien ni en la película ni en la novela se da una receta específica de cómo preparar la Moloko, muchos aficionados han tratado de recrear el trago.

Una versión muy extendida del mismo involucra una mezcla de absenta, licor de anís, crema irlandesa y un poco de leche para lograr algo muy similar a ese trago ultraviolento. Todos los ingredientes van a una coctelera con mucho hielo, se agita y se tiene que servir en un vaso alto y algunos recomiendan añadir un terrón de azúcar.

Otra opción un poco más compleja es prepararlo usando una onza de mezcal, media onza de Bénédictine (un licor francés de hierbas), una cucharada de jarabe natural, un par de chorros de amargo de naranja, y dos onzas de tu ron favorito. 

Todo esto se mezcla con tres onzas de leche infusionada con cardamomo y va al shaker con hielos para servir en un vaso alto y finalizarlo con un chorrito de vino espumoso para dar el efecto de una leche casi recién ordeñada.

Con cualquiera de estas opciones te encontrarás con dos tragos complejos y cremosos, casi como malteadas alcohólicas bastante inusuales por la mezcla de sus ingredientes. 

¿Tú irías por tu Moloko Plus para despabilarte y estar listo para un poco de ultra violencia?

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