Absenta: el diablo verde que inspira y enloquece

Puede ser un diablo o un hada, pero con esta bebida siempre los verás en verde. Existen muchos mitos alrededor de la absenta y su consumo ha sido idealizado por quienes aspiran a obtener cierto tipo de inspiración para plasmarla en alguna obra de arte. Por sus cualidades fue conocido como “l diablo verde” que inspira y enloquece.

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Cuando el diablo se pone verde.

Esta bebida alcohólica se elabora a partir del ajenjo (artemisa absinthium), anís y flores de hinojo, mediante un método de destilación. Se pueden utilizar otras hierbas a discreción del fabricante, pero los tres ingredientes anteriores son infaltables para lograr una absenta en forma. Teniendo todas las sustancias reunidas se procede a una maceración en alcohol neutro, como el ron o el vodka, para luego destilar y volver a macerar la mezcla, que obtiene con este segundo destilado su color verde característico.

Desde la segunda mitad del siglo XVIII ya se fabricaba un destilado de ajenjo que era utilizado como tónico en algunos conventos, sentando el precedente de la absenta, que se convirtió hacia el final del siglo XIX en una de las bebidas más populares en Francia y toda Europa, comenzando desde entonces la leyenda alrededor de sus mágicos efectos tan buscados por los artistas.

A pesar de este misticismo intoxicante, el estigma de ser una bebida peligrosa no tenía sustento en sus propiedades, sino en los intereses de grupos afectados por el incremento de la popularidad de este trago desde finales del siglo XIX. Su prohibición quizá se debió a presiones de productores de vino que se encargaron de crearle mala fama a partir de supuestos “estudios serios” que denunciaban lo nocivo de las propiedades de la absenta y el riesgo que corrían sus bebedores.

De la inspiración a la locura.

Escritores, pintores y músicos encontraron en este líquido verde un motor para dar rienda a sus potencialidades creativas, reflejando en ellas los efectos psicotrópicos y alucinógenos que genera, la euforia y el dolor que puede desencadenar en quienes la consumen. Para muestra la obra de artistas como Degas, Picasso, o escritores como Baudelaire, Mary Shelley, y Ernest Hemingway.

El propio Oscar Wilde describió la manera en que sucedían las cosas cuando se empezaba a empinar el codo con este trago. Se echaba el primer vaso para ver las cosas como él quería, pero luego del segundo aparecían cosas inexistentes. Dando el último sorbo terminaba de ver las cosas como en realidad eran, “y eso es lo más horrible que te puede ocurrir”, lamentaba el dramaturgo.

Basta echar una mirada hacia El bebedor de absenta (1901), obra del pintor e ilustrador checo Viktor Oliva, donde claramente podemos sentirnos como el hombre bohemio que lamenta su existencia, arrinconado en la mesa de un bar parisino, en donde acompañado del hada verde parece haber terminado su viaje alucinógeno y se empieza a dar de golpes en su dura realidad.

El ritual alrededor de la absenta parece haber terminado, y muchos hemos olvidado la copa de cristal, la cucharilla de plata perforada, el cubo de azúcar y el fuego para poder tomarla. Ahora lo podemos encontrar en variantes como el “black absinth” con anís y pimienta, el absinth cannabis de diversas marcas, y un sinfín de coctelería. 

Si no tienes talento, deja que el diablo verde te invite un shot y alucina que sí lo tienes. Te esperamos cuando regreses a la realidad.

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