La recesión que se viene. ¿Ya pensaste qué vas a hacer?

No puedes engañar a tu bolsillo ni a tus cuentas de banco. La mayoría nos hemos visto en la necesidad de contar las monedas que nos quedan y reconsiderar ciertos gastos. La inflación al alza y los problemas en las cadenas de suministros son factores que están propiciando una recesión que ya está por llegar, si no es que ya entró y no lo notaste. ¿Estás preparado para lo que se viene? Sigue leyendo y comparte tus tips para enfrentar a este monstruo.

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Recesión por pandemia.

La pandemia que soltaron hace un par de años sin duda ha sido un factor determinante para entender por qué las cosas están hoy de esta manera. Durante la cuarentena por el Covid-19 y sus variantes millones de negocios tuvieron que cerrar por las medidas restrictivas impuestas por los gobiernos y los organismos supranacionales. Esta situación orilló a los gobiernos a imprimir más dinero para incentivar el consumo mediante estímulos, ayudas y bonos. 

En varios países -siendo Chile el ejemplo más claro en Latinoamérica- las personas tuvieron que recurrir inclusive a retirar sus fondos de inversión, provocando que más volumen de dinero estuviera en circulación, propiciando la subida de precios debido a que se generó una mayor demanda para los mismos bienes y servicios.

La impresión de dinero a causa de la pandemia fue un factor que disparó la inflación prácticamente en todos los países, sumado a los problemas en las cadenas de suministros a nivel mundial, agravado por la incertidumbre provocada por las operaciones militares de Rusia en territorios de Ucrania.

La producción y distribución de productos y servicios básicos se ha interrumpido por estos factores, desde los combustibles a los alimentos. No solo se están produciendo menos cosas, sino que es más difícil y costoso que los bienes lleguen a los consumidores, echándole más leña al fuego que ha provocado la alta inflación.

Cuestión de tasas de interés.

Además, los bancos centrales de los países han comenzado a subir las tasas de interés a niveles nunca vistos. Esto se refiere al precio del dinero; es decir, lo que nosotros debemos de pagar por poder pedir dinero al banco o a otra institución financiera. 

Las tasas de interés determinadas por los bancos centrales son un instrumento para regular la política monetaria. Cuando se tienen bajas tasas de interés el objetivo es incentivar el consumo y activar la economía, por lo que es más barato adquirir deuda como comprar casas; pero esto provoca que haya mucho dinero circulando, lo que puede impactar el precio de las cosas.

Así, para disminuir la inflación los bancos centrales pueden subir las tasas de interés, encareciendo nuestro acceso al dinero, para evitar que siga entrando dinero al mercado y forzar al ahorro entre los consumidores. Esto afecta a bonos y depósitos a plazos. 

Recientemente la FED en Estados Unidos anunció un aumento de 0.75%, algo no visto desde hace 30 años, y el Banco Central Europeo aumentó a 0.25% sus tasas cuando se había caracterizado por mantenerla prácticamente en cero. La lógica económica dicta que cuando se aumentan las tasas de interés, por lo general, es el anuncio para la entrada a una recesión.

En México no somos ajenos a esta situación, ya que Banxico determinó un aumento histórico de 0.75% a la tasa de interés de referencia, con un 8.1% de inflación anual para la primera quincena de julio. La expectativa es que a finales de año y para 2023 el arranque de la tasa sea superior al 9%.

Imagen de storyset en Freepik

¿Qué se puede hacer ante la recesión?

Puede ser que no podamos entender todos estos números en el primer vistazo, pero muchos podrán recordar cómo se puso la cosa cuando reventó la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos entre 2008 y 2009. Con lo que está amasándose ahora, las consecuencias podrían ser significativamente peores. 

Por eso es importante estar al tanto de qué podemos hacer para hacer frente a este fenómeno de crisis por recesión, porque no será solo en Estados Unidos, sino que lo comprobamos cada día que vamos al supermercado en nuestros países.

Entonces ¿qué podemos hacer frente a una recesión que ya nos está respirando en la nuca? De entrada, es indispensable asegurar una fuente de ingresos, tener la posibilidad de alimentar un fondo para emergencias, salir de deudas y abastecerse de productos esenciales.

Eliminar deudas con tasas de interés variables es una buena recomendación, ya que estas costarán más caras en un ambiente dominado por una subida de tasas de interés desde los bancos centrales de los países. Es importante revisar las condiciones de las tasas de interés de tus créditos, a pesar de que no sea una tarea fácil de hacer.

Algo importante es no endeudarse con instrumentos de crédito, ni hacer compras innecesarias ni extender los plazos de créditos ya contraídos. Reducir los gastos es indispensable en momentos de incertidumbre económica, y esto se logra haciendo un presupuesto mensual ajustando los ingresos y los egresos. 

Adicional a esto, es preciso alimentar un fondo de emergencias que se utilice solamente en casos extremos como perder el trabajo, atender la salud, o adquirir o reparar alguna herramienta de trabajo. La recomendación es tener al menos tres meses de nuestros gastos fijos en este fondo de emergencias.

Muchas empresas están despidiendo a sus trabajadores, ya que se prevén bajas en las ventas y una situación económica más complicada en el futuro cercano. Desde Tesla hasta Netflix y otras startups han recurrido a prescindir de buena parte de sus colaboradores ante la incertidumbre, y la cosa no pinta el mejor panorama.

Sí, probablemente pasarán cosas malas que minarán nuestro estado de ánimo, pero sin afán de sonar a positivismo tóxico, es importante que mantengamos la calma y tengamos una actitud positiva basada en saber que hemos tomado las medidas necesarias para hacer frente a lo que se viene.

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