Splinternet, la mirada de Rusia hacia el internet del futuro

Con la reciente operación militar de Rusia en territorio ucraniano, el propósito de tener la soberanía en el servicio de internet se ha colocado nuevamente en primer lugar, ante las reacciones y sanciones de las principales potencias. Mediante el Splinternet, la fragmentación del internet es la estrategia rusa que busca una soberanía real del ciberespacio, como una medida para controlar el futuro del consumo de la información.

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¿Qué es Splinternet?

Desde el año 2001 el investigador del Cato Institute, Clyde Wayne Crews acuñó el término “splinternet” para referirse a redes de internet paralelas que podrían ejecutarse como universos distintos, privados y autónomos. 

Otra manera mucho más perversa, pero también específica de referirse al “splinternet” es el de la “ciber-balcanización” o la “balcanización del internet”. Esto estaría en función de la fragmentación y división del internet debido a factores como los avances tecnológicos, el comercio, la política, los nacionalismos, la religión, y los intereses nacionales divergentes.

Por supuesto, la intención de tener un internet a modo no ha sido algo que solo ha buscado Rusia, ya que se sabe de los casos del “firewall” de China, la Red Nacional de Información de Irán, e incluso experiencias de control del internet en países como Turquía, Tailandia, India y Emiratos Árabes Unidos, que han buscado una especie de intranet nacional, en respuesta a la ciber militarización de las plataformas de big tech en la red.

A pesar de sonar como un sueño para muchos, en realidad existen varios problemas a considerar dentro de una red “splinternet”. De entrada, tendríamos que enfrentarnos a múltiples ISP’s (los códigos internacionales de protección de buques y puertos, impuestos tras el ataque terrorista del 9/11), lo que traería problemas complejos de estandarización y configuración.

Además de que se necesitarían grandes inversiones para la infraestructura que sostendría cada “splinternet”, las amenazas a la seguridad serían constantes y ominosas, generándole nuevos costos a los usuarios. Finalmente, la censura y el confinamiento de la información serían una tentación permanente en este tipo de redes autónomas.

Rusia “se sale” del internet.

Desde el 4 de marzo pasado cualquier persona en Rusia que intentó acceder a su cuenta en Twitter se encontró con que era imposible.

El Kremlin se ha tomado en serio el papel de las redes sociales en la desinformación que circula sobre el conflicto con Ucrania, donde la mayor parte del internet está bombardeada de noticias que dan mayor cobertura a las posturas de la OTAN, Europa y Estados Unidos.

Es por eso por lo que este “log out” de Rusia de la infraestructura mundial de internet demostró el progreso que se tiene en la creación de su propio “splinternet”, que permitirá al país separarse del internet mundial para tener un mayor control en el flujo de información, controlando la agenda y elevando las apuestas para reprimir cualquier disidencia posible.

Este intento de salirse del internet por parte de Rusia tiene su base en las sanciones que ha recibido por parte de las potencias occidentales.

Muchas empresas tecnológicas han confirmado que no tendrán más relación con Rusia, como Apple que anunció su retirada del mercado y el cierre de operaciones de Facebook, Twitter y otros servicios de redes sociales.

De acuerdo con estas empresas tecnológicas, se estaría limitando el acceso de usuarios rusos a la información independiente, “privándolos de información confiable y silenciándolos para que no puedan hablar”, de acuerdo con Nick Clegg, presidente de asuntos globales de Meta, la empresa matriz de Facebook.

Pero, si pensamos que la intención de Rusia solo es crear el entorno perfecto para controlar la narrativa y limitar la cobertura externa de sus operaciones militares en Ucrania, estaríamos quedándonos cortos en el alcance de la visión a futuro que tiene el Kremlin.

A finales de marzo el Banco Central de Rusia hizo el anuncio oficial de que su moneda, el rublo, estará ahora ligada al oro, aunque existen versiones que han negado esta decisión.

La tasa será de 5 mil rublos por gramo de lingotes de oro. Esto implica un paso importante, toda vez que Rusia solo venderá su petróleo y gas en rublos, un movimiento al que los expertos han calificado como “el equivalente financiero de detonar una bomba nuclear”.

Sumado a esto, el fenómeno de la “balcanización del internet” estaría dando entrada a un nuevo periodo bélico. Las ciber milicias con hackers que operan en frentes como Lapsus$, el Ejército de TI ucraniano, el Ejército Electrónico de Siria o el propio Anonymous tendrían mayores herramientas para una potencial devastación del ciberespacio.

¿Cuál es el futuro a donde podría llevarnos este intento? Quizá a una “splinterización” del mundo, donde incluso cada país, cada estado, cada municipio o condado; o cada organización política, social o religiosa llegue a tener su propio internet a modo.

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